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La 'Gran Renuncia'​, ¿es solo un mito?

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Quizá la palabra mito, para referirse al fenómeno de renuncias masivas de trabajadores en Estados Unidos llamado la 'Gran Renuncia', suene demasiado. Una mejor palabra podría ser exagerada.

De acuerdo al Departamento de Trabajo de aquél país, poco más de 4,5 millones de personas dejaron voluntariamente sus trabajos en noviembre pasado. Este número es superior a los 4,2 millones del mes de octubre y es el máximo desde que se lleva el registro por parte del gobierno norteamericano. 

Según Peter Coy, editorialista del periódico The New York Times (enero 26, 2022), el problema al nombrar a este evento como la Gran Renuncia, con mayúsculas para recalcar el hecho histórico de este pico de deserciones laborales, se debe a que las cifras récord de las que todo el mundo habla tan solo abarcan a partir de diciembre del año 2000.

Conforma a un comparativo elaborado por Coy y que muestra datos históricos de la Oficina de Estadísticas Laborales de los E.U.A., se estima que las oleadas de renuncias pueden haber sido considerablemente mayores en décadas anteriores. Por lo cual él se pregunta si la tasa de renuncias de hoy puede no ser tan alta después de todo según los estándares históricos. 

El pico de abandonos de la Segunda Guerra Mundial empequeñece al actual, y definitivamente los números podrían no ser comparables. Voy más allá, ¿qué relevancia tiene para un líder de RRHH o un CEO que la tasa de renuncias laborales de un evento sucedido hace 83 años haya sido mayor que las de hoy en día? Quizá para un historiador esto tendría sentido, pero ¿para nosotros?

Aún así y lo distante que pudieran parecer estos picos de deserción, hay riesgos históricos importantes de tener en cuenta. Y aunque en latinoamérica, nuestra región, este fenómeno no está tan marcado como en los Estados Unidos, empezamos a observar importantes signos de escasez de talento, por lo cuál este fenómeno nos resulta tan importante como a los líderes empresariales de aquél país, adicional a que nos permite pensar en nuestra estrategia de talento.

Entre los riesgos que podemos identificar se encuentran los siguientes: (a) encarece el mercado laboral, (b) acelera la automatización en detrimento de posiciones laborales, (c) precariza el mercado de trabajo; y finalmente y a consecuencia de los tres riesgos anteriores, (d) incrementa la brecha social.

Veamos brevemente cada uno de ellos: 

a) Encarece el mercado laboral: En principio, el ajuste al alza de los salarios, podría ser una buena noticia para los empleados. Lo cierto es que este incremento es artificial y se centra solamente en posiciones difíciles de reemplazar, presionando a la baja los salarios de posiciones con poca rotación o de alta disponibilidad.

b) Acelera la automatización en detrimento de posiciones laborales: Esto no es malo, ¡definitivamente no!; y de hecho resulta favorecedor para empresas y sociedad en general, el gran riesgo es en las competencias laborales de los empleados. Si ya veníamos observando que del 3% al 14% de la fuerza laboral mundial deberán cambiar de categoría ocupacional para el año 2030 debido a la automatización, la inteligencia artificial y la digitalización (McKinsey Global Institute, 2021); y Gartner (2021) ha venido advirtiendo que muchos empleados no están aprendiendo las nuevas habilidades adecuadas para su desarrollo personal, esto lo puede volver caótico.

c) Precariza el mercado de trabajo: De acuerdo a Jay Zagorsky, economista de la Escuela de Negocios Questrom de la Universidad de Boston, «el problema con las tasas de abandono muy altas es que las empresas tienen que asegurarse de que los trabajos sean muy fáciles de aprender y no requieren habilidades específicas de la empresa» (NYT, 2022). ¿Esto qué significa? Que los empleadores simplificarán las descripciones de trabajo, eliminando competencias y habilidades laborales y disminuyendo el monto de inversión en capacitación, lo que redunda en pocas posibilidades de movilidad laboral y social dentro de la empresa. «El resultado final es lo contrario de lo que quieren los trabajadores» remata Zagorsky.

(d) Incrementa la brecha social: La falta de capacidades digitales y la precarización laboral en la gente acelerará la brecha social y los estragos sociales. Esto ocasionará que miles de personas queden sin trabajo y sin nuevas oportunidades y se incremente la inseguridad, incertidumbre y la falta de garantía de condiciones socioeconómicas mínimas y suficientes.

Todo esto podría ahondar y volver cíclico el problema. 

Epílogo.- ¿Cómo estás enfrentando al 'Burnout, la nueva pandemia laboral'? Los descansos laborales, además de la hora del almuerzo, que tienes durante tu jornada, ya sea presencial o a distancia, son necesarios para tu bienestar y productividad. Mirar las redes sociales o tener la vista perdida en el vacío podría no ser la forma más inteligente de utilizar nuestro descanso. Hacer ejercicio, leer y socializar con nuestros compañeros de trabajo también tiene enormes beneficios.

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