Cultura organizacional como equilibrio de la racionalidad limitada de los individuos que componen la empresa.
Desde un punto de vista pragmático la empresa es un ente de naturaleza eminentemente económica cuya finalidad primigenia es la generación de utilidades a sus accionistas; por ende es de presuponerse que el empresario “como actor racional basa sus decisiones en razón de la utilidad y la búsqueda de la máxima ganancia (beneficio económico) con respecto de sus costos, lo que implica la calculabilidad de las soluciones para escoger la óptima” (Hernández, 2007, p. 3). Si lo anterior fuera totalmente cierto, la cultura de una empresa, como apunta Hernández (2007), “no tendría influencia en las acciones de los individuos” ya que el objetivo de los miembros que componen una empresa estaría enfocada a la maximización de las utilidades para los accionistas y por ende la toma de decisiones de dichos miembros obedecerían exclusivamente a criterios racionales, es decir de acuerdo a ciertos principios de optimidad y consistencia para satisfacer su objetivo. Insisto, si el intento de silog...