En las organizaciones es común que hablemos de culturas de confianza y el como ayuda a incrementar el compromiso, retención y experiencia del colaborador así como las relaciones interpersonales dentro de la compañía; pero al escuchar, “en esta organización existe una cultura de la desconfianza”; ¿Qué tipo de organización es la que viene a tu mente?, cuando he hecho esta pregunta, las respuestas que más se repiten son: empresas con estructuras rígidas, ambientes espesos y antipáticos; y medios emocionalmente lúgubres, poco evolutivos y sin apertura. Hablamos (demasiado) mucho de la confianza, pero al mismo tiempo hablamos (demasiado) poco de la desconfianz a. Ciertamente no es algo de lo que nos guste hablar, pero realmente existe y siempre está al acecho. Cuando alguien trae ESA palabra a la mesa de conversación, de inmediato la descartamos, minimizamos y escondemos debajo de muchas justificaciones. La desconfianza acarrea importantes problemas en la vida organizacional d