La industria de los servicios de salud suele ser una de las más complejas de administrar; y gestionar su talento humano es todo un reto. El origen de esta complejidad, es, por un lado, su mayor fortaleza, pero por el otro, un gran desafío: Los colaboradores de clínicas y hospitales suelen referirse a su trabajo más como una vocación que como una profesión. La industria de la salud privada ha evolucionado al punto de convertirse en un commodity, el diferenciador que ahora buscan los pacientes tiene un enfoque poderoso en la experiencia de alta calidad que reciben como clientes. Los colaboradores de los hospitales, al estar en contacto directo con los pacientes y por ende ser artífices de su satisfacción, tienen un vínculo estrecho y directo con los resultados financieros de la organización. Los colaboradores son, en este momento, un factor decisivo para la sostenibilidad financiera de los hospitales. Y ante estos retos, surge de forma natural la siguiente pregunta: ¿cómo