Hace algunos años, Ricardo M. de 27 años en aquel entonces, inició una pequeña empresa de servicios inmobiliarios junto a su esposa y seis colaboradores. Desde un inicio busco una administración sencilla, con ausencia de protocolos y políticas rígidas, con propensión a la autogestión, auto-rendición de cuentas y con una pequeña estructura horizontal con pocos niveles jerárquicos para facilitar la comunicación. Desde su visión, esta estrategia de contar con una cultura flexible, le ayudaría a atraer talento joven de alto potencial y su negocio sería escalable mas fácil y rápidamente. La apuesta de Ricardo surtió efectos positivos. Doce años después, dirige una empresa líder en su ramo con presencia en 10 estados del país y poco mas de 1,500 colaboradores. Parte del éxito radica en el enfoque de Ricardo en la operación de su empresa, el conocer a detalle todos los procesos, en la velocidad para tomar decisiones y en su disponibilidad para atender de forma personal los problemas qu