El bienestar como modo de vida lo podemos ver desde una perspectiva eudaimónica y otra hedónica (Ryan y Deci, 2001); la primera se asocia al desarrollo personal, autorrealización y plenitud, mientras que la hedónica es la valoración general de la vida, logro del placer y evitación del dolor. Entender esto nos ayuda a llevar a cabo las elecciones personales de vida que incrementen nuestra búsqueda de desarrollo y mejora personal y a la construcción de cualidades positivas.
El bienestar eudaimónico se enfoca a nuestras decisiones y actos a largo plazo y se interesa por los otros desde el altruismo, el dar y la ausencia de egoísmo. El bienestar hedónico por su parte tiene un enfoque hacia uno mismo, aspectos a corto plazo y el placer que se obtiene de las cosas como el sexo, comer o dormir.
A mi juicio el objetivo de las personas, de todos nosotros, es procurar nuestra felicidad y bienestar para encontrar espacios donde podamos florecer en igualdad de condiciones. No podemos supeditar los conceptos de felicidad y bienestar tan solo en el dar, o en su contraparte el recibir; se nos ha educado (reminiscencia de la edad media) bajo el concepto de que “hay mayor alegría en dar que en recibir” y que el el “sufrimiento es el camino a la felicidad”. Esta concepción de la felicidad ha causado que en ocasiones esta emoción sea vista como egoísta o negativa, limitando nuestra plenitud y nuestro florecimiento como personas.
¿Es malo buscar la felicidad a partir del hedonismo o del eudaimónismo? Desde luego que no, lo que podría llegar a ser malo es la felicidad hedónica en ausencia de la eudaimónica, y viceversa. La felicidad y bienestar, equilibrados a partir de estos dos conceptos, nos conecta con el agradecimiento, la alegría y la celebración. Una felicidad meramente hedonista es de carácter temporal y nos lleva al egoísmo y búsqueda de excitación en todo sentido, y en ausencia de los demás (“aquí importo solo yo”, “vida solo hay una”, “yolo- you only live once” ). Por su parte una felicidad meramente eudaimónica puede hacer que nos olvidemos de nosotros, pero sobre todo que nos perdamos del hoy, del aquí, y del ahora en búsqueda de algo que esta por venir (“seré feliz cuando me gradúe”, “cuando me case…”, “cuando obtenga…”).
El camino a nuestro bienestar esta en el complemento y equilibrio de nuestra vidas, en el cuidar y procurarme en el aquí y en al ahora (hedonía) sin olvidar nuestra autorrealización, plenitud, agradecimiento y la entrega y trascendencia a través de los otros (eudaimonía).
Epílogo.- Uno de los aspectos que se opone al bienestar es la soledad (Peplay y Perlman, 1982). La soledad es el gran problema de nuestro siglo y principal amenaza de la felicidad.
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Rogelio Segovia es doctorando en Filosofía y Cultura, Coach Ontológico, autor, speaker y fundador de Human Leader. Contacto: rogelio@humanleader.mx
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