Pero el bien-estar es mucho mas que un mero aspecto psicológico, es un importante predictor de nuestra salud física, longevidad; y relaciones interpersonales. En la década de los años 1980 la psicología empezó a estudiar la felicidad, la satisfacción y el bienestar, e identificó 3 componentes básicos: El aspecto positivo, el aspecto negativo, y los juicios cognitivos. Esto es, identificar los elementos o aspectos ya sean positivos o negativos de nuestra vida (lo que nos hace sentir felices y lo que nos hace sentir tristes); y, los juicios, es decir, como entendemos, integramos en nosotros, y afirmamos los aspectos positivos y negativos que experimentamos.
En resumen podemos decir que una persona tiene alto bienestar (felicidad) si esta satisfecha con su vida; su estado anímico y emociones son positivas; y, solo de vez en vez experimenta emociones poco placenteras como rabia, enojo o frustración. La pregunta que surge de lo anterior es ¿cómo logramos esa felicidad o alto bienestar? Lo conseguimos cuando cubrimos nuestras necesidades básicas. Las personas más felices son aquellas que tienen metas vitales más intrínsecas, con mayor coherencia y que otorgan mayor significado personal.
¿Cómo mejorar nuestro bienestar? Martin Seligman, precursor de la psicología positiva propuso la teoría del bienestar o modelo PERMA que engloba los 5 factores principales de para tener un bienestar pleno y sostenible: emociones positivas (Positive Emotions); compromiso (Engagement); relaciones positivas (Relationships); propósito y significado (Meaning and purpose); y, éxito y sentido del logro (Accomplishment). Para Carol Ryff, investigadora conocida por estudiar el bienestar y resiliencia psicológica, el bienestar psicológico está compuesto por seis dimensiones: (1) una apreciación positiva de sí mismo; (2) la capacidad para manejar de forma efectiva el medio y la propia vida; (3) la alta calidad de los vínculos personales; (4) la creencia de que la vida tiene propósito y significado; (5) el sentimiento de que se va creciendo y desarrollándose a lo largo de la vida y (6) el sentido de autodeterminación.
La felicidad es, en general, un tema de elección personal, todos podemos modificar nuestros niveles de felicidad mediante intervenciones específicas; y aunque existen diversos estudios y metodologías al respecto, muchas coinciden en el hecho de poder enfocarnos en los aspectos positivos de nuestra vida. El identificar y agradecer los hechos positivos que nos suceden mejora nuestras emociones y por ende eleva nuestro bienestar.
Epílogo.- La felicidad no es la ausencia de malestar o aspectos negativos, la felicidad tiene que ver con la gratitud, nuestra autorrealización y el significado vital de lo que hacemos y del por qué lo hacemos. Esto hace que una persona sea feliz.
_______________________
Rogelio Segovia es doctorando en Filosofía y Cultura, Coach Ontológico, autor, speaker y fundador de Human Leader. Contacto: rogelio@humanleader.mx
Comentarios
Publicar un comentario