Ir al contenido principal

Cultura Organizacional, ¿eufemismo de reglamento de trabajo?

Ya en otras ocasiones he sostenido que la cultura organizacional no existe, y que de acuerdo a Mats Alvesson (2017), académico sueco de gestión y profesor de administración de empresas en la Universidad de Lund, la cultura de las empresas mas bien es un “sistemas de relaciones de poder, ya que los significados y las dimensiones simbólicas de la vida organizacional son puestos al servicio de determinadas ideologías e intereses que pretenden imponerse”

Entonces, ¿por qué llamamos cultura organizacional a un sistema de relaciones de poder?; básicamente porque la palabra cultura tiene cierto halo de sofisticación y es mas suave y decorosa que la franca y vulgar palabra reglamento. Así, podemos afirmar que cultura organizacional es un eufemismo de reglamento de trabajo. Y, ¿por qué el eufemismo? Primero, por que es mas fácil lograr la adaptación de los empleados hablando de una cultura común (elemento moral, interior y personal) que de un reglamento interno (elemento coercitivo, exterior e impersonal); y segundo, por una confusión al hablar de un sistema de valores compartidos (cultura) y normas de cumplimiento obligatorias (reglamento). 

Estoy convencido que vivimos en una sociedad compleja, diversa y variada con múltiples tradiciones, costumbres y pautas de comportamiento en donde sería, por decir lo menos, un sacrificio a la diversidad e identidad particular de las personas pretender que tengan un “sistema de valores compartidos” para trabajar en una organización. Por un lado, los valores, desde una perspectiva moral, son interiores, incoercibles, autónomos y sobre todo, unilaterales. Pero por otro lado, los valores, desde una perspectiva más bien jurídica, son exteriores, heterónomas, bilaterales y lo mas importante, coercibles, es decir, son exigibles aún en contra de la voluntad de la persona. Lo que las organizaciones tienen es un sistema normativo que regula los estilos de comportamiento y formas de actuar de sus miembros para mejorar el rendimiento de la empresa, a esto se le ha llamado cultura organizacional.

Personalmente, mas que trabajar con un grupo de personas con un sistema de valores morales compartidos, prefiero trabajar con un equipo solidario y de alto desempeño que tenga un objetivo en común, donde sus integrantes honren y cumplan puntualmente la normatividad de la organización de la que forman parte y de las comunidades donde ésta interactúa; que se responsabilicen de sus propios actos y de los de la organización de la que forman parte; que respeten y abracen la diversidad de pensamiento, creencias y tradiciones de sus empleados;  y quizá por encima de todo, que alcen con fuerza la voz cuando los comportamientos y él actuar de cualquiera de los miembros se aparte del conjunto de reglas normativas de la organización. Si a esto queremos llamarle Cultura Organizacional, estoy de acuerdo.

Epílogo.-  La normatividad de una empresa, perdón… la cultura organizacional de una empresa tiene que estar  enfocada a construir significado y propósito para “tratar a los empleados con respeto y dignidad y honrar la diversidad y búsqueda constante para mejorar las condiciones de trabajo y el bienestar de sus colaboradores” (Foro Económico Mundial, 2020).

_______  

Rogelio Segovia es fundador de Human Leader Contacto: rogelio@humanleader.mx 

¡Conéctate a nuestro canal de YouTube!  

Comentarios

Entradas populares de este blog

Calavera a Rogelio (2018)

Tres vueltas se dio la muerte, a las nuevas oficinas Buscaba a Rogelio Segovia, para llevarlo a las ruinas Pero nunca lo encontraba, pues no buscó en la cocina A hornear pan se dedicaba, y no sospechó la catrina. Cuan por fin lo encontró,  la flaca alegre bailaba Rogelio siempre pensó, que a la calaca se le escapaba Pero esta vez le falló, o ¿no hizo bien la tirada? Su agenda la revisó, no está citada la condenada. Vengo a llevarte a la tumba, la huesuda le contaba Rogelio recurrió al viejo truco, se le ocurrió de volada Corramos el maratón, que será en Ensenada Si me ganas voy contigo, y ¡¡que gana la fregada!!. En su tumba nadie llora, ni su equipo de gerentes Puede ser que nadie sepa, que el tipo era  buena gente Aun que a veces se portaba, solo un poquito renuente Sobre todo en las juntas, donde El era el ponente. __________________ Epílogo.-   ¿Qué es una calavera? Las calaveras literarias son palabras populares en forma de rimas escritas de man

Vuelo privado con American Airlines

MONTERREY, N.L. Diciembre 10, 2014 (Sala de última espera del aeropuerto). —Todos los grupos pueden abordar ahora el vuelo 1272 con destino a Dallas, Texas— advirtió de forma divertida, pero protocolaria la representante de American Airlines; tomó con formalidad mi pase de abordar y pasaporte; escaneó el primero y levantó el segundo a la altura de mi rostro para cotejarlo. Terminada la rutinaria revisión me sonrió al tiempo que apuntaba —Bienvenido Señor Segovia— Recorrí de forma rápida el anden de abordaje encontrando a mi paso rostros que reflejaban una mezcla de diversión y sorpresa para llegar finalmente a la puerta del avión y confirmar que tenía un flamante, nuevo (y vacío -por cierto) Airbus 319 a mi entera disposición. Los tres sobrecargos, Cindy, Linda y Julio, me recibieron con sendas sonrisas, tomaron mi abrigo y cuando iba rumbo a mi lugar, me invitaron a tomar asiento en primera clase; un ascenso previamente autorizado por el piloto de la aeronave. Me s

Observo, luego existo.

“Abre tus ojos y tu corazón a todas las inquietudes humanas, ninguna es ajena al coaching” Julio Olalla. He iniciado un viaje; no un viaje cualquiera. Este viaje no requiere de maletas, reservaciones o pasajes de avión; es más, ni siquiera es necesario tomar el carro para llegar a algún lado. Y sin embargo este viaje es más complejo, escarpado, con pronunciadas hondonadas y trayectos estrechos que cualquier otro que recuerde; he iniciado un viaje al vientre de la ballena. Y a diferencia de Jonás que exclamó a los asustadizos marineros de la atribulada embarcación que amenazaba con naufragar: “Tomadme y echadme al mar”, en mi caso fue por voluntad propia que decidí dar el salto rumbo al vientre de la ballena; un viaje de 9 meses, con sus días y su noches.  He iniciado el trayecto del ACP-el arte del coaching profesional;  un programa de formación y certificación de coaching ontológico con Julio Olalla (newfield network) a través de un proceso de aprendizaje transformacional p