📺 ¿Te gustaría ver mi plática TEDX? https://youtu.be/76F1zSVArAw
El corazón me latía apresuradamente, las manos me sudaban y tenía la boca reseca como si estuviese en medio del desierto. Me encontraba de pie, a un costado del escenario y a pocos minutos de salir al solitario círculo rojo, esperando que finalizara la proyección de la plática de Tony Robbins, ¿Por qué hacemos lo que hacemos?. Intercalaba a ratos, y sin mucha cadencia, el peso de mi cuerpo de la pierna derecha a la izquierda; daba pequeños sorbos al agua mineral con hielo que sostenía en un vaso para café, mi respiración se hacía cada vez más corta y acelerada.
¿Pero cómo llegué aquí? fue a raíz de la lectura del artículo de Jorge Ramos, “La mejor plática de tu vida”, que me propuse el compartir alguna experiencia de vida en uno de los foros TED, y como señala Ramos, “no sabía en realidad en lo que me estaba metiendo”. Por muy acostumbrado que uno pueda estar a hablar en público, TED acrecienta tus nervios, inquietudes y excitación en una espiral que pareciera no tener fin.
En este proceso no estuve solo, dos personas me acompañaron y ayudaron durante todo el camino. Mi amigo y coach Yhaz Aleman, y Daniela González, curadora del evento. Yhaz, quien sabía de mi interés en participar en un evento como estos me avisó de la convocatoria, y posteriormente me ayudó a hacerme cargo de mis quiebres previo a la plática; y Dany, quien con cariño, paciencia y muchísima dedicación, me ayudó a afinar la platica, calmar los nervios, respirar, así como tolerar los olvidos y frustraciones de los que fui presa en los ensayos. No fue un camino sencillo, pero sin la generosidad y bondad de ellos, no lo hubiera logrado.
Seguía esperando mi ingreso cuando la voz de Robbins resonó en todo el auditorio: “El minuto en el que decides concentrarte en algo, le tienes que dar un significado y cualquiera que sea ese significado, produce una emoción. Una emoción, entonces, crea lo que vamos a hacer, la acción” De pronto las manos dejaron de sudarme, mi corazón se ralentizó y repentinamente el agua mineral, como un bálsamo, calmó mi sed; una armónica paz me inundó, una embriagante sensación de ternura se apoderó de mí, ya sabía porque estaba ahí, y ese saber tenía un significado: poder compartir desde mi aprendiz el por qué todos vemos el mundo de una diferente manera…
—A continuación— mencionó con soltura y descaro Alejandro Pujolarrancándome de mis cavilaciones; —démosle una calurosa bienvenida a Rogelio Segovia, quien es esposo, papá, hijo, amigo y coach ontológico de vida. Rogelio está convencido que todos podemos transformar nuestro mundo. Disfruta correr maratones, leer, cocinar y comer. Le apasiona crear mundos escribiendo cuentos cortos; y cómo aún tiene algo de tiempo libre, está estudiando un doctorado en filosofía con acentuación en estudios de la cultura…bienvenido Rogelio— concluía Alejandro al tiempo que, emocionado y con satisfacción, me dirigía a la solitaria y circular alfombra roja ubicada al centro del auditorio San Pedro.
Epílogo.- En total gratitud con todo el equipo #TEDxGarzaGarcia por invitarme a vivir y compartir, desde mi aprendiz, esta gran experiencia.
Oiga, ¿Y dónde se puede ver la plática?
ResponderEliminar(en twitter @rodionromanov)
Pues finalmente está: https://youtu.be/76F1zSVArAw
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