“Siempre tendremos París”
Casablanca
París, 02 de abril, 2011.- París, la ciudad de la luz, parece acostumbrada a su nueva realidad; la cotidianidad de medidas de seguridad estrictas ya no sorprenden a los parisinos. Las mañanas frías de abril y la suave lluvia de sus tardes se funden con revisiones personalizadas de bolsas, mochilas y bultos en los accesos de cada hotel, sitio turístico o centro comercial.
La ciudad sigue mostrando su bullicio, los sitios turísticos con largas filas para entrar a ellos y en las terrazas de los cafés, cuando no llueve, es imposible encontrar un buen lugar para ver pasar a las parisinas mientras disimulo una vaga lectura en mi libro. Turistas y residentes son pacientes y tolerantes ante las medidas de seguridad, filas de revisión, convoyes de la Gendarmerie nationale y a los soldados provistos de armas automáticas en sitios tan icónicos como la explanada de la torre Eiffel y el museo de Louvre.
Mientras tanto, ni la lluvia, ni las medidas de seguridad o las huelgas en Francia contra la reforma laboral del gobierno aminalán el animo de los organizadores y corredores de la cuadragésima edición del “Schneider Electric Marathon de Paris”; pacientes, los corredores, hacemos fila a la entrada de la Expo del Maratón para pasar nuestras pertenencias por rayos X y ser revisados de forma amable y gentil, por guardias dotados de detectores de armas.
59,999, es el numero oficial de corredores que tomaremos la linea de salida el día de mañana. Una pista de atletismo de tartán de poco mas de 200 metros, flanqueada por patrocinadores, te conduce al interminable mural donde está el nombre de cada uno de los casi sesenta mil corredores.
¿Y yo? Nervioso, como siempre antes de cada maratón. Ni la nueva pluma fuente o matasellos con la inicial de mi nombre comprada en el Louvre aminoran mi ansiedad. Pensé que esta ultima cerveza, que bebo a breves sorbos entre teclazo y teclazo, podría quizá ayudar a mi ansiedad en algo, pero no lo han hecho.
Aunque al final creo que si este torrente de emociones deja de embargar mi temperamento y tranquilidad previo a un maratón, será la alerta de que habrá llegado el indefectible aviso de dejar de correr. Por lo pronto, me concentro en recordar: #noolvideselchip.
Epílogo.- Si…si se puede olvidar el chip. Echa un vistazo aquí.
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