'REGALO BUMERANG': EL FRUIT CAKE NAVIDEÑO DE GERMÁN DEHESA.
El día de ayer, ya de vacaciones y con un café en la mano, leía una nota del WSJ que hablaba de la incomodidad que las golosinas, galletas, pasteles y otras delicias navideñas pueden causar en la oficina.
Por un lado, señalaba la nota, está el descarrilamiento de dietas que causan las 'delicias azucaradas no deseadas' pero por el otro lado, y es lo que me trae aquí, aquellos postres o golosinas que a nadie se le antojan, a nadie les gustan y por ende nadie quiere comer y que van pasando, en forma de regalo, de una mano a otra durante la temporada navideña.
Estos postres que pasan de mano en mano fueron bautizados por Germán Dehesa como 'regalo bumerang'. Dehesa, quien fuera periodista y escritor, describió en su columna del periódico Reforma el singular destino de uno de estos postres: el fruit cake.
Este autor, conocido por su animadversión no a la navidad, sino de "los villancicos, los comerciales, el fruit cake, la cursilería, las borracheras y la antinatural obligación de abrazar a esos parientes que con tanto cuidado hemos logrado evitar a lo largo del año" (Reforma, 18/12/1997), decía que en toda la historia del país, solo se había horneado un único fruit cake.
Para ser más específico, Dehesa apuntaba que este postre fue horneado en la Ciudad de México en 1937; de ahí en adelante solo se ha rolado infinitamente de navidad en navidad, de persona en persona y de mano en mano sin que nadie se atreviera siquiera a probarlo, pero siempre con el riesgo de que regresara a uno. De ahí su apelativo como 'regalo bumerang'.
¿Cuál es tu regalo bumerang de esta temporada?
Feliz Navidad.
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