No sé mucho de patinaje artístico sobre hielo. Mejor dicho, no se nada, pero me gusta verlo.
Hoy vi a Grace E. Gold en la repetición del ISU Grand Prix de Norwood EUA. Casi al principio de su rutina, en un salto mientras patinaba al son de Rhapsody On a Theme of Paganini, Op. 43: Variation 14 by Vladimir Ashkenazy, cayó al suelo; con estilo se repuso y continuó su rutina.
Su calificación no fue buena, es más, no fue siquiera de las mejores. Al momento que escuchó el resultado, la cámara le enfocaba en un intimidante primer plano. Ella se quedó estática al escuchar el resultado, y una muy breve y rápida mirada al suelo reflejó su pesar. Su entrenador, que estaba a su lado, aplaudió de forma instintiva y la volteó a ver como diciendo: lo hiciste bien, y lo harás aún mejor. Ella, nerviosa por el mal resultado, bajó la cabeza y asintió repetidamente como diciendo, hice lo mejor que pude.
Grace cayó al inicio de su rutina, evidentemente su resultado no sería bueno, máxime que quienes habían pasado antes que ella había tenido muy buenas rutinas. Pero tan pronto ella cayó, se levantó, escuchó el condescendiente aplauso del público por su falla y dio lo mejor que tenía.
No ganó, pero nunca se dio por vencida. A lo mejor así es el patinaje sobre hielo, no lo sé. Pero así debería ser la vida. Eso sí lo sé.
Esto es lo que me gusta del patinaje artístico.
Acá el video completo: https://bit.ly/3mt1tTQ
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