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La conquista de la felicidad

Bertrand Rusell, filósofo, matemático y Premio Nobel de Literatura, escribió en la década de los años 1930 el libro La conquista de la felicidad, un libro que no está dirigido, dice el autor en el prólogo de su libro, a los eruditos y en el cual el lector no espere encontrar filosofías profundas ni erudición profunda, es tan solo un conjunto de comentarios inspirados por el sentido común. Rusell, escribió el libro “partiendo de la convicción de que muchas personas que son desdichadas podrían llegar a ser felices si hacen un esfuerzo bien dirigido”.

Rusell, aristócrata inglés que perdió a sus padres a la edad de tres años, fue criado por sus abuelos paternos bajo un estricto y represivo control moral y tuvo cuatro matrimonios —los tres primeros terminaron en divorcio—, dedicó su vida a la búsqueda del hombre feliz. Tuvo éxito. Para el autor, la clave de la felicidad perdida se debe a la imposibilidad de las personas de demostrar y vivir sus emociones; “los hombres no son felices en una prisión, y las pasiones encerradas dentro de nosotros mismos constituyen la peor de las prisiones”.

En los últimos años, hemos sido testigos de un movimiento mundial enfocado a la felicidad del individuo a partir del equilibrio vida carrera, grandes pensadores contemporáneos como Yuval Noah Harari y Byung-Chul Han, han enfocado parte de sus trabajos en tratar de entender por qué el hombre es cada vez más productivo, pero menos feliz. “La humanidad cada día logra más poder; no más felicidad” dice Harari. Para Han, “la sociedad que ha acuñado el eslogan Yes We Can produce individuos agotados, fracasados y depresivos”. Rusell, desde que escribió su libro, ya lo advertía: “un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante.”

Al parecer el problema de nuestra falta de felicidad es debido a nuestra “cultura de la competencia” que está sustentada por nuestra insuficiencia como individuos y que ha envenenado no solo al trabajo, sino también al ocio. El tipo de ocio tranquilo y restaurador de los nervios se considera aburrido (Rusell, 1930). ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste un rato de ocio sin culpa?

Lo que más preocupa a las personas para disfrutar su existencia, dice Rusell, es “su lucha por la vida”, ya que “pocas personas parezcan darse cuenta de que no están atrapadas en las garras de un mecanismo del que no hay escapatoria, sino que se trata de una noria en la que permanecen simplemente porque no se han percatado de que no les va a llevar a un nivel superior”, y para quienes no se dan cuenta, es mejor ir “repitiendo todas las perogrulladas típicas de los anuncios sobre la dureza de la vida”

No hay estadísticas fiables de la dicha, dice Fernando Savater en el prólogo del libro La conquista de la felicidad, pero si hay un secreto para alcanzarla, y Bertrand Rusell nos la comparte: El secreto de la felicidad es este, que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean, en la medida de lo posible, amistosas y no hostiles.

Epílogo.- Hay libros que por sencillos y prácticos son una joya. Este pequeño libro, escrito hace casi cien años, es uno de ellos.

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