Apenas ayer hablábamos, en este mismo espacio, acerca del colapso los imperios empresariales y como estos generalmente se se aniquilan a sí mismos por falta de procesos de innovación, falta de comprensión social u otras decisiones internas, y todos tienen un elemento en común, un CEO o Director General autocrático, entendiendo por esto a líderes duros, despiadados y persuasivos.
Y la semana pasada otro imperio se desmoronó de un día para otro; FTX, el criptoimperio de Sam Bankman-Fried. La empresa un día tenía treinta y dos mil millones de dólares y al día siguiente ¡no tenía nada!, absolutamente nada.
Algunos analistas apuntan que esta es la mayor destrucción de riqueza financiera en la historia.
¿El motivo del colapso? En palabras del señor Bankman-Fried la empresa se había expandido demasiado rápido y él no vio las señales de advertencia; pero algunos analistas cuestionan si la empresa usó indebidamente miles de millones de dólares de fondos de clientes para apuntalar una empresa comercial que también fundó Bankman-Fried, Alameda Research
El superhéroe de 30 años, que una vez fue comparado con titanes de las finanzas como John Pierpont Morgan y Warren Buffett, ahora es el villano vilipendiado bajo investigaciones por parte de la Comisión de Bolsa y Valores y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
El daño no se ha limitado a los $32 mil millones que desaparecieron, éste se ha extendido por toda la industria, desestabilizando a otras criptoempresas y sembrando una desconfianza generalizada en la tecnología.
La conclusión de Sam Bankman-Fried: “si hubiera estado un poco más concentrado en lo que estaba haciendo, habría podido ser más minucioso”, dijo. “Eso me habría permitido captar lo que estaba pasando en el lado del riesgo” (NYT, Yaffe-Bellany, Noviembre 14, 2022).
Vivek Wadhwa, autor y académico de Silicon Valley, llama a esto el complejo de Dios, “si logras el éxito en Silicon Valley, creas mucha expectación, y comienzan a verte como un dios y comienzas a creer en tu propia prensa. Obtienes el complejo de Dios”
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