Si algo nos ha enseñado la historia es que eventualmente todos los imperios colapsan. De Roma al Imperio Británico, incluyendo otros igualmente conocidos como el griego-macedonio, mongol, y otomano. Más reciente el alemán, el austrohúngaro, y el ruso. En muchos de ellos el colapso tuvo que ver con la decadencia. Dicen que las grandes civilizaciones no son destruidas, se aniquilan a sí mismas.
Algo similar ocurre con los imperios empresariales. Desde General Electric de Jack Welch en los años 90´s del siglo pasado hasta Lehman Brothers de Dick Fuld a inicios de este siglo. Pasando por Blockbuster, Pan Am y Tower Records y más reciente Yahoo, Blackberry o Nokia. Estas empresas también se suicidaron, ya sea por falta de procesos de innovación, falta de comprensión social u otras decisiones internas.
Muchas de estas empresas tienen un factor en común: el CEO o Director General autocrático.
¿Qué tipo de suerte correrá Twitter Inc. bajo el mando del señor Elon Musk? En mi artículo de esta semana, “Si no te apellidas Musk, no sigas esta estrategia”, abordo que es lo que no se recomienda hacer al asumir la dirección general de una empresa, bajo el riesgo de aniquilar el valor de la organización.
Vivek Wadhwa, autor y académico de Silicon Valley, apunta que “las mejores empresas del mundo están dirigidas por dictadores ilustrados. Cuando eres un visionario, se te ocurren grandes ideas que pueden cambiar el mundo y nadie te cree. Los visionarios tienen que desafiar las probabilidades. Tienen que ser autocráticos y carismáticos al mismo tiempo. Tienen que ser duros, despiadados y persuasivos al mismo tiempo y hacer que la gente siga sus instrucciones; pero esos rasgos de personalidad pueden ser mortales más adelante en la evolución de una empresa” (NYT, noviembre 14, 2022)
La gran pregunta es, ¿las empresas sobreviven después de líderes autocráticos o caen en decadencia?, ¿sobrevivirá el imperio de Elon Musk?, o, ¿su reino se terminará aniquilando a sí mismo? Al tiempo.
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