🟢 Publicado originalmente en en la revista PLAYERS of Life Monterrey
Vivimos intensos momentos de transformación. Desde sociales, estructurales y organizacionales hasta políticos y tecnológicos. Todos ellos tienen en común un elemento: las personas. Hoy en día uno de los principales enfoques de los gobiernos y de las corporaciones es asegurar el bienestar de sus integrantes. Esto es, garantizar la seguridad física, emocional y cognitiva de sus miembros.
En las organizaciones hablamos de seguridad psicológica, esto es, espacios en los cuales las personas nos podamos sentir vistos y apreciados, respetados y valorados. Esto, a su vez, representa un beneficio tangible para las empresas que impacta en el compromiso, productividad, retención y felicidad del equipo.
¿Cómo podemos construir mejores lugares de trabajo asegurando el bienestar y seguridad de los empleados? Antes de responder esta pregunta, vale la pena detenernos un momento y reflexionar en un aspecto muy importante. En estos tiempos, cuando hablamos de espacios o lugares de trabajo, no nos estamos refiriendo a lugares físicos determinados. Hoy, el lugar de trabajo se caracteriza de manera más profunda, abstracta y compleja. Todavía hasta hace pocos años al hablar de lugar de trabajo nos imaginábamos cubículos perfectamente alineados de paredes grises y colaboradores aislados de su entorno. Después esto se transformó en espacios colaborativos que ofrecían flexibilidad, comodidad y apertura, permitiendo a los colaboradores un gran nivel de conexión entre ellos… Cuando todos estábamos de manera presencial.
En la actualidad esto es anacrónico. Es cierto que muchos y muy variados puestos de trabajo se siguen desempeñando de manera presencial, pero muchos otros se hacen de manera híbrida e incluso totalmente remota. De acuerdo a Gallup (2022) en Estados Unidos las personas trabajan de la siguiente manera: un 29% exclusivamente remoto, un 22% de manera presencial; y un 49% de manera híbrida (de un 32% en 2019 y todo apunta a que esta tendencia seguirá creciendo).
Y esto no es todo, la manera en la que las personas están trabajando pudiera no ser muy relevante. Incluso, el que seis de cada 10 empleados quieren un arreglo de trabajo híbrido de acuerdo al mismo estudio, tampoco es tan relevante. Lo verdaderamente importante en cómo poder construir un mejor lugar de trabajo es el hecho de que tan solo el 21% de los empleados se siente comprometido con su empresa, el 19% está abiertamente desconectado y el resto, esto es un 60% aproximadamente está en una especie de renuncia silenciosa (a.k.a. El arte de no tomarse el trabajo demasiado en serio) (Gallup, 2022)
Independientemente de que el trabajo sea híbrido, presencial o remoto ¿por dónde empezamos a construir un mejor lugar de trabajo? Es una pregunta compleja, y por ende la respuesta para nada es sencilla, pero podemos empezar por lo siguiente, que por cierto tampoco es nada nuevo, pero siempre muy actuales:
- Fomenta ambientes de felicidad, equilibrio y respeto. Esto no se compra ni se implementa, se construye a través de los comportamientos cotidianos de los líderes de la organización. ¿Qué tanto reconoces y retroalimentas a tus colaboradores?
- Trabaja por objetivos. ¿Semana de cuatro días?, o de tres, o de seis; da lo mismo. El secreto es trabajar por objetivos, no por horas.
- Confianza. Lo repito con insistencia, pero… en el trabajo no somos una gran familia, somos un grupo de profesionistas con un objetivo en común, y la única forma de lograr los objetivos es a partir de la confianza (si confío en ti, pero….)
- Escucha, escucha y escucha. Pero no para responder, no es un examen. Escucha con reverencia ¡para actuar! Lo que no se mide no se puede mejorar, pero si mides, ¡retroalimenta y actúa en consecuencia!
Epílogo.- Recuerda siempre confirmar que la cultura de tu organización incluya a los empleados que trabajan de manera híbrida y remota o esto tan solo será un maquillaje a la medida… Que se terminará deslavando.
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