El brutal cambio que las organizaciones han experimentado desde finales del 2019, y que se aceleró casi sin control a partir del 2020, empieza a estabilizarse. El lugar de trabajo, como lo conocíamos hace apenas tres años, ha cambiado significativamente; la mayoría de estos cambios, dado que fueron sorpresivos e improbables, se llevaron a cabo sin una planeación previa.
Quizá nuestro sesgo de retrospección (el cual se manifiesta cuando observamos hacia atrás en el tiempo y creemos que los eventos que ocurrieron eran más predecibles de lo que realmente lo eran) nos impida apreciar del todo los cambios que hemos experimentado, pero las políticas laborales de la vieja escuela se han transformado e incluso se han eliminado por completo. La forma en que gestionamos el talento de una organización y medimos la productividad de las personas ha evolucionado. Veamos algunos de los cambios:
- Vestimenta y apariencia: Hoy (casi) ya no esperamos que los empleados lleguen al trabajo con el clásico traje y corbata o con falda y tacones. Los tatuajes o corte de pelo arriesgado ya (casi) no asustan a nadie.
- Trabajo flexible: Excepto en áreas operativas, los horarios de trabajo y lugar desde donde este se lleva a cabo se han flexibilizado tremendamente. Ahora podemos evitar el tráfico matutino y pasar más tiempo con la familia en el hogar
- Tecnología: Hoy, tener reuniones de trabajo utilizando tecnologías de videoconferencia es algo común. Llenar un auditorio para hacer anuncios rutinarios o desplazarte hasta la oficina de un colega para acordar ciertos temas ha cambiado a raíz de la tecnología. Gracias a esta, podemos administrar el personal de forma remota o en la oficina, generar correspondencia, organizar reuniones, manejar las finanzas y llevar a cabo muchas otras actividades.
- Gestión: Incluso ciertas rutinas, como la revisión anual de objetivos, están en camino de volverse obsoletas, y los comportamientos culturales se enfocan en las recompensas y el reconocimiento para los empleados.
¿Cómo se ve el siguiente año? Las principales preocupaciones de los CEO´s en temas de recursos humanos están, en medio de una economía incierta, la Gran Renuncia y la Renuncia Silenciosa, en temas de retención y atracción de talento.
Gartner (CEOs’ Talent Priorities for 2023) apunta que ya que el talento es una prioridad máxima para los CEO´s, los Directores de Recursos Humanos deben enfocarse este 2023 en mejorar la retención y atracción de talentos, estimular el desarrollo de competencias y habilidades de los empleados; y, desarrollar una cultura para el trabajo híbrido y de diversidad e inclusión. Esto para cumplir con las expectativas de los empleados en cuanto a flexibilidad y centralidad humana. Por su parte, Brandon Hall Group, la principal firma independiente de investigación y análisis de HCM, apunta que las empresas deben enfocarse principalmente en tres temas
- Lugar de trabajo: La evolución del lugar de trabajo híbrido está impactando el enfoque de las estrategias y prioridades de gestión del capital humano.
- Talento: La actual crisis de retención de talentos está dando forma a las tendencias en la contratación y el desarrollo de talentos.
- Economía: Las organizaciones deben abordar el impacto de la inflación en salarios (colaboradores de confianza y sindicalizados) y la posibilidad de una recesión en 2023.
Hoy, que las reglas fundamentales del empleo han cambiado, el enfoque organizacional debe ser hacia el propósito y valor buscando satisfacer las necesidades materiales, personales y psicológicas de los empleados. El nombre del juego para el 2023 sigue siendo: Bienestar.
Epílogo.- Aunque el concepto de Renuncia Silenciosa (personas que hacen el mínimo requerido y están psicológicamente desconectadas de sus empleos) no es nuevo, debe preocuparnos el por qué hoy es una tendencia mundial y un tema del cual muchos están hablando. Tan solo en los EUA, de acuerdo a Gallup, se considera que el 50% de los trabajadores han renunciado silenciosamente y el número de trabajadores que declara estar activamente desconectado de sus empleadores está en su pico más alto desde el año 2000 (WSJ, septiembre 8, 2022). Lo dicho, el nombre del juego se llama Bienestar.
Comentarios
Publicar un comentario