Ir al contenido principal

La ilusión de los entendidos

Hoy en día que los noticieros y redes explotan en noticias y opiniones por la crisis económica, la inflación desbordada, y la falta tanto de productos como de personal capacitado, lo sensato (es un decir) es acudir a los expertos y pronosticadores del futuro para que nos ayuden a entender y descifrar "que sigue". Daniel Kahneman, autor de Pensar rápido, pensar despacio y Nassim Taleb, autor de El Cisne Negro, hablan acerca de un sesgo conocido como "la ilusión de los entendidos" (termino acuñado por Kahneman).

Taleb, quien aboga por la cancelación del Premio Nobel de Economía, ya que cree que las teorías económicas del potencial ganador pueden ocasionar efectos devastadores, señala nuestra tendencia a construir —y creérnosla— narraciones del pasado hace que nos resulte difícil aceptar los límites de nuestra capacidad predictiva.

Por su parte Kahneman, critica a las emisoras de televisión y radio, así cómo los periódicos, que tienen su plantel de expertos cuyo oficio es comentar el pasado reciente y augurar el futuro...y nosotros, los espectadores y lectores, creemos que estamos recibiendo información privilegiada, o al menos perspicaz. El problema, continua este autor (ganador del Nobel de Economía, por cierto) es que las personas que se pasan y se ganan la vida estudiando un tema en particular hacen predicciones con menos aciertos que los de un mono lanzando dardos.

¿Por qué siempre nos equivocamos en predecir el futuro? Según Kahneman, que asegura que poco o nada podemos esperar de los inversionistas de Wall Street que creen que acertarán en su predicción de los precios futuros, es por dos motivos:
  1. Los errores de predicción son inevitables porque el mundo es impredecible.
  2. La excesiva confianza subjetiva no puede valer como indicador de acierto alguno (de hecho la confianza escasa puede tener mas valor informativo).
"La cuestión no es si estos expertos están capacitados. La cuestión es si su mundo es predecible" —D. Kahneman

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Por qué debemos estudiar humanidades?

Foto: Internet. ¿Qué son las humanidades? Las humanidades  pueden definirse y por lo tanto estudiarse desde una perspectiva académica; una publica como política de gobierno; o, desde una clasificación gubernamental-estadística para fines laborales. Bod, R. al preguntarse [1] ¿Qué son las humanidades?; señala que estas “son como la noción de "tiempo" en San Agustín: si no preguntas, lo sabemos, pero si preguntas, nos quedamos con las manos vacías” pero también apunta que “desde el siglo XIX, las humanidades generalmente se han definido como las disciplinas que investigan las expresiones de la mente humana”. Esta vaguedad trae a la mente la definición de Heidegger [2] del "ser" ya que “no sabemos lo que quiere decir "ser"; pero ya cuando preguntamos ¿qué es "ser", nos mantenemos en cierta comprensión del "ser"” Entonces, ¿no se puede define que son las humanidades?  La mayoría de las definiciones se centran en las ra...

Observo, luego existo.

“Abre tus ojos y tu corazón a todas las inquietudes humanas, ninguna es ajena al coaching” Julio Olalla. He iniciado un viaje; no un viaje cualquiera. Este viaje no requiere de maletas, reservaciones o pasajes de avión; es más, ni siquiera es necesario tomar el carro para llegar a algún lado. Y sin embargo este viaje es más complejo, escarpado, con pronunciadas hondonadas y trayectos estrechos que cualquier otro que recuerde; he iniciado un viaje al vientre de la ballena. Y a diferencia de Jonás que exclamó a los asustadizos marineros de la atribulada embarcación que amenazaba con naufragar: “Tomadme y echadme al mar”, en mi caso fue por voluntad propia que decidí dar el salto rumbo al vientre de la ballena; un viaje de 9 meses, con sus días y su noches.  He iniciado el trayecto del ACP-el arte del coaching profesional;  un programa de formación y certificación de coaching ontológico con Julio Olalla (newfield network) a través de un proceso de aprendizaje transform...

Vuelo privado con American Airlines

MONTERREY, N.L. Diciembre 10, 2014 (Sala de última espera del aeropuerto). —Todos los grupos pueden abordar ahora el vuelo 1272 con destino a Dallas, Texas— advirtió de forma divertida, pero protocolaria la representante de American Airlines; tomó con formalidad mi pase de abordar y pasaporte; escaneó el primero y levantó el segundo a la altura de mi rostro para cotejarlo. Terminada la rutinaria revisión me sonrió al tiempo que apuntaba —Bienvenido Señor Segovia— Recorrí de forma rápida el anden de abordaje encontrando a mi paso rostros que reflejaban una mezcla de diversión y sorpresa para llegar finalmente a la puerta del avión y confirmar que tenía un flamante, nuevo (y vacío -por cierto) Airbus 319 a mi entera disposición. Los tres sobrecargos, Cindy, Linda y Julio, me recibieron con sendas sonrisas, tomaron mi abrigo y cuando iba rumbo a mi lugar, me invitaron a tomar asiento en primera clase; un ascenso previamente autorizado por el piloto de la aeronave. Me s...