MONTERREY, N.L., 26 de febrero del 2020. Aquella era una noche fría en el estadio Universitario de la UANL, el equipo de fútbol de los Tigres estaba a las puertas de un nuevo fracaso después de haber perdido en tres ocasiones la final del torneo de Liga de Campeones de la Concacaf, conocido como la Concachampions. Los aficionados en el estadio Universitario veían consumirse el reloj. La temperatura, marcando 14 grados, seguía bajando y el frío empezaba a calar en los huesos y ánimo de los poco más de 40 mil aficionados. Un nuevo fracaso, ahora frente al Alianza de El Salvador y en octavos de final, estaba a punto de consumarse para el equipo de los Tigres de la UANL.
Con el marcador a su favor, relata el sitio Marca Claro, el Alianza de El Salvador acampó en su portería, esperaron el vendaval de llegadas de los felinos y el plan les resultó, lo que no contaban es que el partido se prolongaría hasta el minuto 94.
Tigres se estaba quedando fuera. Último suspiro del partido, minuto ´94, en una jugada a balón parado el portero argentino del equipo felino, Nahuel Guzmán, subió a la portería del equipo contrario a rematar y logró la hazaña, marcó el gol que le daba a Tigres el pase a cuartos de final causando la erupción del Volcán.
¿De qué depende que una estrategia organizacional sea exitosa?
El éxito o fracaso de una estrategia organizacional depende de varios factores. Entre ellos podemos mencionar que sea sencilla, coherente y comprensible. En segundo lugar, aunque más importante, es que pueda ser implementada con éxito, es decir, que los colaboradores de la organización tengan las competencias y comportamientos necesarios para desplegar las acciones planificadas que ayuden a conseguir los objetivos de éxito definidos en la estrategia. En otras palabras: una estrategia bien definida y acorde con la cultura de la organización debería lograr que se consigan los objetivos y resultados planteados.
Gol de Nahuel.
Hay ocasiones, más de las que imaginamos e incluso reconocemos, que la estrategia definida simplemente no funciona y las metas no se cumplen. Ya sea por factores externos o internos que no se contemplaron de manera adecuada o simplemente por factores coyunturales (una mejor estrategia de la competencia) nuestro plan hace agua y se va picada.
Y cuando este tipo de fracasos se empiezan a gestar, existen ocasiones, muy contadas, que nos encontramos con el factor Gol de Nahuel, es decir, un colaborador con ciertas cualidades que no conocíamos y que nos ayuda a rescatar, con alguna competencia o habilidad sacada de la chistera (o al menos así nos lo parece), una situación compleja para convertirla en un éxito.
¿Debemos apostar por el Gol de Nahuel para lograr el éxito en las organizaciones?
En definitiva no. Apostar por este tipo de factores o situaciones es el mejor camino para el fracaso. Primero por lo improbable y remoto que suceda y segundo porque estamos hablando, en palabras de Jim Collins (Good to great, 2001), de un líder nivel 1, esto es, una persona de alta capacidad y que en una determinada situación de emergencia puede llevar las riendas pero solo por un tiempo limitado. No esperas que el portero sea quien meta los goles de manera constante.
Entonces, ¿cómo aprovechar la competencia Gol de Nahuel?
Aquí está lo relevante. La competencia Gol de Nahuel la encontramos principalmente en personas con altos niveles de desempeño, con una actitud correcta y un montón de trabajo duro detrás. Solamente que como organización desconocemos que determinada persona tiene esa cualidad. No imaginamos que el portero, sin descuidar función (aunque no sin cierto riesgo), pueda ir y tomar la posición de un delantero y rematar de cabeza de forma efectiva.
Esta competencia la debemos identificar para desarrollar a los colaboradores, utilizar las habilidades de las personas en el momento adecuado y poder desarrollar mejores estrategias y planes de sucesión.
Solo que esta, el Gol de Nahuel, no es una competencia tan fácil de identificar, no se trata del tipo o clase de evaluación o assessment que utilicemos o la sensibilidad que como líderes tengamos para detectar ciertos talentos en nuestros empleados. Se trata más bien del fenómeno de la ceguera cognitiva: no sabemos que no sabemos. O dicho en otras palabras, no sabemos lo que estamos buscando, entonces ¿qué debemos encontrar si sufrimos ceguera de la ceguera? Tan solo recordemos la última vez que nos preguntamos qué colaborador tiene la competencia Gol de Nahuel y actuamos en consecuencia.
Identificando el Gol de Nahuel.
La responsabilidad de identificar el Gol de Nahuel debe recaer en la propia persona. Es decir, como colaboradores tenemos la responsabilidad de hacernos cargo de nuestras conversaciones, de nuestro plan de carrera y decir “¡Hey! soy un buen rematador de cabeza. Puedo ayudar a la organización en determinados momentos cuando esto haga falta”.
Si recién mencionamos que esta competencia la encontramos de forma principal en colaboradores de alto desempeño, lo menos que podemos esperar es que se hagan cargo y alcen la voz; tomen el control y se comporten como un líder nivel 5. Líderes que busquen el beneficio de la organización por encima del propio, asuman sus responsabilidades, busquen resultados sostenibles; y sobre todo que pongan sus competencias no identificadas al servicio del equipo.
¿Y la organización?
Fácil. Tiene que construir espacios seguros de conversación y aprender a escuchar. Lo más sencillo para el director técnico o CEO, es gritarle a su portero y exigirle que regrese a su arco y deje a los expertos hacer su trabajo.
Así tendrás líderes nivel 5 con competencias Gol de Nahuel.
Epílogo.- Construir espacios seguros de conversación y aprender a escuchar es todo menos fácil. Es más viable tener sueldos altos, oficinas divertidas y elegantes; y cerveza acompañada de bocadillos grasosos los viernes en la tarde. Construir espacios seguros de conversación también es aprender a decirle a tu colaborador que agradeces su oferta, pero que en esta ocasión no pude subir a rematar de cabeza para intentar lograr el gol… y por cierto, tener esta clase de conversaciones, la Inteligencia Artificial aún no aprende a hacerlo (guiño, guiño).
---𝚁𝚘𝚐𝚎𝚕𝚒𝚘 𝚂𝚎𝚐𝚘𝚟𝚒𝚊, 𝙳𝚘𝚌𝚝𝚘𝚛 𝚎𝚗 𝙵𝚒𝚕𝚘𝚜𝚘𝚏í𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝙰𝚌𝚎𝚗𝚝𝚞𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚎𝚗 𝙴𝚜𝚝𝚞𝚍𝚒𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝚞𝚕𝚝𝚞𝚛𝚊, 𝚎𝚜 𝚏𝚞𝚗𝚍𝚊𝚍𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝙷𝚞𝚖𝚊𝚗 𝙻𝚎𝚊𝚍𝚎𝚛, 𝚂𝚘𝚌𝚒𝚘-𝙳𝚒𝚛𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚃𝚑𝚒𝚗𝚔 𝚃𝚊𝚕𝚎𝚗𝚝, 𝙿𝚛𝚘𝚏𝚎𝚜𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝙲á𝚝𝚎𝚍𝚛𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝙸𝚃𝙴𝚂𝙼 𝚢 𝙿𝚛𝚎𝚜𝚒𝚍𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝚘𝚖𝚒𝚜𝚒ó𝚗 𝚍𝚎 𝚁𝚎𝚌𝚞𝚛𝚜𝚘𝚜 𝙷𝚞𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝙾𝙿𝙰𝚁𝙼𝙴𝚇, 𝙽𝚞𝚎𝚟𝚘 𝙻𝚎ó𝚗---
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