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Rotación e inflación, ¿es por causa de los salarios bajos?

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Una nota de hace unos cuantos días del periódico The Wall Street Journal (Fairless, T. 2022, Marzo 10) que lleva por encabezado 'Top economist warns inflation here to stay --- goodhart sees years of worker shortages' llamó mi atención e hizo que súbitamente detuviera una de mis actividades favoritas: el scrolleo de noticias (la fundación Fundéu BBVA propone que utilicemos el término “deslizar verticalmente” en vez de scroll).

Un destacado economista y ex banquero central del Reino Unido, Charles Goodhart, predijo en marzo del 2020, al tiempo que la mayoría de expertos pronosticaban que la tasa de inflación se dirigía a cero, que la inflación alcanzaría entre el 5% y el 10% en 2021 y se mantendría alta. Goodhart, que estudió historia económica en la Universidad de Harvard y que además de economista cría ovejas en una granja en Devon, Inglaterra, razonó que se estaba produciendo un cambio sísmico en la economía mundial donde los estímulos fiscales de los gobiernos y la eventual recuperación posterior a la pandemia aceleraría la inflación.

La causa subyacente, de acuerdo a este reputado economista de 85 años, es que un muy largo tiempo de mano de obra barata mantuvo durante décadas los precios y los salarios bajos; ahora, se está dando paso a una era de escasez de trabajadores y, por lo tanto, de precios más altos.

El panorama dibujado por Goodhart, que sostiene que la inflación y escasez de trabajadores “permanecerá en ese nivel durante décadas” ha despertado al mismo tiempo preocupación y escepticismo entre expertos y banqueros centrales de todo el mundo... Dejemos, por el momento, la discusión técnica y enfoquémonos en el motivo detrás de este argumento: Una 'mano de obra barata' que se ha mantenido, durante décadas, a nivel mundial.

La teoría de Goodhart sostiene que los cambios demográficos están exprimiendo la fuerza laboral y elevando los precios, y que la baja inflación de la década de loa años 1990 no fue tanto el resultado de políticas astutas de los bancos centrales, sino más bien de la adición de cientos de millones de trabajadores chinos y de Europa del Este de bajo costo a las economías globalizadas, un dividendo demográfico que hizo bajar los salarios. Ahora que la población en edad de trabajar ha comenzado a reducirse en las economías avanzadas por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, la bonanza ha terminado. 

Toma chocolate, ¿Paga lo que debes?

A bote pronto pareciera que se están cumpliendo las predicciones de Goodhart, ya que al tiempo que la inflación se mantiene inusualmente alta, la mano de obra se vuelve escasa y los trabajadores presionan por salarios más altos. Y esto último está sucediendo no solamente en Europa y Estados Unidos, también se está reflejando en México y Latinoamérica.

Y realmente, ¿los salarios son tan bajos? Definir si un salario es bajo o alto es bastante subjetivo y tiene más bien que ver con el mercado; pero si todo un sector, industria o país paga poco para determinadas posiciones o niveles, ¿convierte en justo al salario? Para no andar por ese camino, utilicemos otro método: el de las brechas salariales entre el CEO y el trabajador promedio.

Veamos, de acuerdo al Economic Policy Institute (agosto, 2020) en 1965 (en los EE.UU) la proporción del salario de un CEO respecto al de un trabajador promedio era de 21 a 1. Para 2018 la brecha se amplió a una proporción de 293 a 1 y para 2019 se dio un gran aumento de 320 a 1. La relación salarial promedio entre el director ejecutivo y el trabajador promedio de las compañías del índice S&P 500 fue de 299 a 1 en 2020 (AFL-CIO, 2022). El 80 % de las empresas del S&P 500 pagan a su director ejecutivo más de 100 veces de lo que pagan a su trabajador medio.

Para entender un poco más como se origina esta brecha basta observar los incrementos salariales de los directores ejecutivos en comparación a los de un trabajador promedio, entre 1978 y 2019 el salario de los CEO (incluidas las opciones sobre acciones ejercidas, las adjudicaciones de acciones adquiridas, el salario, las bonificaciones y los pagos de incentivos a largo plazo) se incrementó un 1,167% contra un 13.7% de incremento de un trabajador promedio.

Todo esto significa que le tomaría 100 años a un empleado promedio ganar lo que gana su CEO en tan solo un año.

¿Cuál es la proporción correcta entre el salario de un director general y el de un trabajador? Una pregunta cuya respuesta es, quizá, igual de subjetiva a la de salario justo e incluso un tanto arbitraria; pero Peter Drucker, considerado el padre de la administración moderna, creía que una proporción saludable de pago entre el director ejecutivo y el trabajador era de alrededor de 25 a 1. “A menudo he aconsejado a los gerentes que un 20 a 1 sueldo es el límite más allá del cual no pueden ir las empresas si no quieren generar resentimiento y caída de la moral de sus empleados” apuntó en su momento Drucker quien en 1977 ajustó su sugerencia a 25 a 1 (The Washington Post, 2013).

Entonces, ¿los salarios bajos son los que están causando escasez de trabajadores, incremento de salarios y, en general, una inflación inusitadamente alta?

Epílogo.- “Me tomo muy en serio las cosas que dice Charles, él quiere alertarnos de que no debemos dar por sentado que el mundo que tenemos por delante se verá igual que en el pasado reciente” mencionó apenas en enero Isabel Schnabel, miembro de la junta ejecutiva del Banco Central Europeo, acerca de las predicciones de Charles Goodhart. Creo que la predicción de Schnabel de que “el mundo que tenemos por delante no se verá igual que en el pasado reciente” no va dirigido solamente a inflación y salarios, es, en general, a todo el ecosistema laboral (cultura, retención, gestión del desempeño, reconocimiento, remuneración, etc.).

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