Ayer, en el NYT, leí una "noticia diferente" que me emocionó y dio bastante alegría. Una nota que se desarrolló a 10,000 pies debajo del helado Mar de Weddell en la Antártida: Exploradores e investigadores, luchando contra las bajas temperaturas, han localizado el Endurance, el histórico barco de Ernest Shackleton que se hundió en la Antártida en 1915 después de ser aplastado por una banquisa.
¿Por qué es tan relevante esta historia? Porqué es una historia de fracaso que resultó en un chasco económico y reputacional, dónde un carismático, experimentado y prudente líder entendió que "el objetivo era grande, pero sus hombres eran mas importantes"
Les cuento, en 1914 se publicó en el Times el siguiente anuncio: “Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo escaso. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito” 5,000 aspirantes se anotaron y 28 personas fueron las seleccionadas.
¿El objetivo? recorrer de costa a costa la Antártida pasando por el polo Sur, en un viaje glaciar de cerca de 3.000 kilómetros que significaría lograr el primer cruce del antártico con el fin de descubrir nuevas rutas comerciales que disminuyeran costos y tiempos.
¿El resultado? un mes después de que partieron de las Islas de Georgia del Sur (en el atlántico sur), una inclemente ventisca los sorprendió en el Mar de Weddell y la nave quedó atrapada entre hielo comprimido. Quedaron a la deriva aprisionados en el hielo marino y diez meses después, en octubre de 1915, el Endurance fue triturado por la presión del hielo.
¿Perdidas humanas? CERO. Salvaron lo poco que pudieron y emprendieron a veces en trineo, a veces a pie y otras veces en los botes salvavidas que llevaban, un largo y complejo recorrido. Sacrificaron a los perros y cazaron focas para alimentarse. Shackleton llevó a su tripulación hasta la Isla Elefante donde dejó a 22 personas, y él y otros cinco miembros se dirigieron a las Islas de Georgia del Sur. Al tiempo regresó por el resto de su tripulación, era agosto de 1916. Milagrosamente, toda la tripulación sobrevivió y regresaron a Inglaterra sanos y salvos.
El liderar no se trata solamente de ir por el objetivo de negocio, va, sobre todo, por cuidar al equipo cuando todo se va al traste y las cosas se descomponen de forma acelerada. Después de quedar atrapado en el hielo ártico, Shackleton no estaba pensando en su siguiente expedición, en el costo de la acción de la empresa, en el informe trimestral para los accionistas por el COVID-19, en reducir el costo laboral, o en su bono de desempeño variable para comprar una linda casa con más habitaciones. Él estaba pensando en su equipo, en su tripulación, en salvar a las personas que confiaron en él.
Una noticia, en definitiva, que me emocionó y dio bastante alegría.
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