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Si estás en esta llamada de Zoom, estás despedido.

🟢 Versión comentada por el autor disponible en Spotify y Apple Podcasts

Una de las principales características de las conversaciones es crear el contexto adecuado alrededor de ellas, es decir, el entorno físico y lingüístico existente para cumplir con el objetivo primordial de estas: “vivir, crear y dar vueltas en compañía”. La manera en la que conversamos (esto es, hablamos, escuchamos, y creamos contexto) es lo que nos define como personas y como habitantes de este mundo.

Esto, ¿suena demasiado profundo? No lo es. Simplemente es la manera en que cada uno de nosotros, como ser-en-el-mundo que somos, nos mostramos a los demás; y esto no significa otra cosa que la manera en que, a través de nuestras palabras, hacemos sentir a los demás, a los “otros”.

¿A dónde quiero llegar con todo esto? A una situación bastante inusual, al menos para mi, de lo que significa liderazgo, gestión de personas y desarrollo organizacional; el despido masivo, vía Zoom, que el CEO de la empresa Better.com, una empresa de préstamos hipotecarios respaldada por SoftBank, llevó a cabo hace unos días. En una (aparente) reunión de trabajo de poca trascendencia, el director general de esa compañía, Vishal Garg, anunció a aproximadamente 900 empleados «Si estás en esta llamada, eres parte del desafortunado grupo que está siendo despedido».

Ahí no terminó todo, en una llamada posterior con empleados que no fueron despedidos, Garg les advirtió que estaría monitoreando de cerca la productividad de los que se quedaran, y los que tuvieran un desempeño inferior serían despedidos (New York Times, diciembre 8, 2021). ¿Lo peor de todo?... ¡que ahí no terminó todo! Cuando las críticas a Vishal Garg por la forma de despedir a sus colaboradores fueron creciendo, éste publicó una serie de mensajes en la red profesional anónima Blind, bajo el seudónimo “sin educación”, para tratar de justificar sus actos: «¿Saben que al menos 250 de las personas despedidas estaban trabajando un promedio de 2 horas al día mientras registraban 8 horas de trabajo en el sistema de nómina? Le estaban robando y robando a nuestros clientes que pagan las facturas. Edúquese» (Fortune, diciembre 3, 2021).

Este tema lo podemos ver desde diferentes aristas. Que “al menos 250 personas estén trabajando un promedio de dos horas” apunta a un muy deficiente sistema de desempeño. Quizá los empleados en dos horas cumplían sus objetivos laborales (lo que habla de una mala gestión de liderazgo, supervisión y sobre todo estructura organizacional) o realmente los empleados estaban simulando trabajar ocho horas… lo que irónicamente también habla de una mala gestión de liderazgo, supervisión y sobre todo estructura organizacional (¡!). Pero no me quiero detener ahí; prefiero abordar la manera de un líder de comunicarse no con sus empleados, sino la manera de comunicarse con personas, con seres-humanos.

El tener que hacer una reestructura organizacional y despedir empleados, aunque no es lo más deseable, a veces es necesario. El propio director de finanzas de la compañía, Kevin Ryan, en un intento de contención de este escándalo, señaló que « una plantilla laboral reducida y enfocada será de gran ayuda en un mercado de propiedad de vivienda en evolución radical» (CNN, diciembre 6, 2021). Aquí el punto crítico son las formas y los modos, es decir, como lo conversamos.

Apenas la semana pasada apuntamos a la necesidad de enfocarnos (personas, líderes y organizaciones) hacia un capitalismo humano en el cual se considere el bienestar de la gente en relación con su entorno como valor supremo de la sociedad. La única forma de lograr esto es a través de conversaciones efectivas. Conversaciones que nos permitan vivir, crear y dar vueltas en compañía de otros es lo que necesitamos fomentar. Conversaciones donde a partir de la ternura (si, ternura) y cuidado de otros se puedan tomar decisiones tan firmes y difíciles como desvincular a un empleado por cualquier motivo (si, por cualquier motivo, lo que incluye actos de deshonestidad o de bajo desempeño).

Nuestras conversaciones, más que hablar de una marca personal o estilo de liderazgo, hablan de nuestra escala personal de valores morales (bondad, generosidad, lealtad, gratitud, respeto, dignidad, humildad, entre muchos otros), y de cómo legitimamos a los otros. Vaya, es un vistazo que damos a los demás de nuestra alma.

Epílogo.- La historia de Vishal Garg, CEO de Better.com, es excepcional, anecdótica y bien parecería haber salido del capítulo “prácticas para ser un mal líder” de algún cursillo de liderazgo inspiracional. Lo que la hace tan excepcional (y acaso fantástico) a este relato es la manera en que se ejecutó (vía Zoom), el número de personas que estuvieron involucradas (más de 900) y el manejo posterior de la crisis (las amenazas a quienes se quedaron y las publicaciones anónimas de Garg en la red profesional anónima Blind), pero ¿cuántas veces no hemos escuchado (o peor aún, dicho) frases como? «Todos regresan a la oficina, no es mi problema si no tienen con quien dejar a sus hijos», «Si pueden salir a un restaurante, pueden regresar a las oficinas», «¿Horario flexible para evitar la hora punta del tráfico? hubieran pensado en eso antes de pedir este trabajo», o «En este departamento todos son bastante malitos». No tenemos que acudir a ejemplos salidos de Hollywood (que hasta vergüenza nos producen) para tomar consciencia, basta con que miremos nuestras propias conversaciones.

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---𝚁𝚘𝚐𝚎𝚕𝚒𝚘 𝚂𝚎𝚐𝚘𝚟𝚒𝚊, 𝙳𝚘𝚌𝚝𝚘𝚛 𝚎𝚗 𝙵𝚒𝚕𝚘𝚜𝚘𝚏í𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝙰𝚌𝚎𝚗𝚝𝚞𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚎𝚗 𝙴𝚜𝚝𝚞𝚍𝚒𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝚞𝚕𝚝𝚞𝚛𝚊, 𝚎𝚜 𝚏𝚞𝚗𝚍𝚊𝚍𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝙷𝚞𝚖𝚊𝚗 𝙻𝚎𝚊𝚍𝚎𝚛, 𝚂𝚘𝚌𝚒𝚘-𝙳𝚒𝚛𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚃𝚑𝚒𝚗𝚔 𝚃𝚊𝚕𝚎𝚗𝚝, 𝙿𝚛𝚘𝚏𝚎𝚜𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝙲á𝚝𝚎𝚍𝚛𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝙸𝚃𝙴𝚂𝙼 𝚢 𝙿𝚛𝚎𝚜𝚒𝚍𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝚘𝚖𝚒𝚜𝚒ó𝚗 𝚍𝚎 𝚁𝚎𝚌𝚞𝚛𝚜𝚘𝚜 𝙷𝚞𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝙾𝙿𝙰𝚁𝙼𝙴𝚇, 𝙽𝚞𝚎𝚟𝚘 𝙻𝚎ó𝚗---

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