¿Delegar? No, no quiero ser despedido

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En términos generales, al hablar de un líder destacamos dos grandes cualidades que todo el que aspire a serlo debe de tener: alcanzar las metas; y, mantener un buen clima organizacional. Y cuando pensamos en cómo desarrollar estas cualidades o competencias solemos citar tres: Conocerse a sí mismo; ser empático; y, saber comunicar.

Pero hay una competencia que a veces solemos pasar por alto y que es una de las fortalezas de los grandes líderes: la habilidad de delegar, es decir el proceso para encomendar y responsabilizar a un colaborador de una tarea sobre la que tenemos responsabilidad y cuya realización nos incumbe.

¿Por qué es importante delegar? Básicamente por dos cosas, nos permite crecer dentro de una organización, y le permite a nuestros colaboradores seguir desarrollándose y por ende, también tener un crecimiento profesional. La delegación es la llave mágica del liderazgo;  te permite distinguirte como jefe, pues es una herramienta que te ayuda a gestionar adecuadamente tu tiempo, disminuir el estrés, desarrollar a tus colaboradores, elevar tu efectividad y comprometer a tu equipo con los objetivos de la empresa elevando su motivación.

Al delegar debemos tener en cuenta tres principios claves:

1. Tener muy claro la tarea o actividad a delegar. Existen actividades que por su propia naturaleza no podemos delegar como lo son la definición de la estrategia y metas, control de resultados, gestión y desarrollo de tu equipo, tareas inusuales y de alto riesgo entre otras; y hay otras que probablemente no aporten valor a la organización (actividades basura) y que solo quita tiempo a quien la delegamos. 

2. Asegurarse que la persona a quien le asignaremos la tarea tiene las habilidades y competencias requeridas. Si quieres algo bien hecho, elige a la persona o personas que lo harán mejor en cada caso.

3. Explicar la tarea a delegar. Esta última es quizá, la actividad más importante de todas, pues define la capacidad de conversar, motivar e instruir de quien la delega; y otorga a quien la recibe una verdadera oportunidad de aprender y desarrollarse. Muchas tareas delegadas no se realizan de forma correcta porque quienes las llevan a cabo no entienden qué es lo que tienen que hacer, no entienden por qué lo deben hacer, o no pueden hacerlo por no contar con las herramientas  necesarias.

¿Es fácil delegar? No, para muchos líderes vaya que es, por muchas razones, complicadísimo delegar; pero cuando comprendemos que delegar es una estrategia de desarrollo y liderazgo, crece quien delega, los colaboradores a su cargo, y la organización. 

Epílogo.- Vaya, delegar es como una buena mano del juego de azar de la pirinola: tomas la pieza octogonal de madera, la giras y cae: crecen todos.

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Rogelio Segovia es fundador de Human Leader, y Socio-Director de Think Talent.

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