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A partir del cambio tecnológico que permitió a las personas sostener comunicaciones de forma mundial e inmediata solemos decir, utilizando el término acuñado por Marshall McLuhan en 1962 en su libro The Gutenberg Galaxy, que vivimos en una aldea global. El término “aldea” remite en nuestro imaginario a un pequeño pueblo de pocos habitantes, donde la comunicación e interacción entre los pobladores se da de manera casual y automática. Pretender equiparar el término aldea global a una perspectiva de cultura global es un poco más complejo.
En el mundo, al día de hoy, existen 194 países independientes, se hablan 7,139 lenguas diferentes y existen aproximadamente 5,000 grupos étnicos. Esta realidad refleja que desde una perspectiva de comunicación, interacción e información vivimos en una aldea global. Desde una perspectiva cultural, étnica y lingüística, vivimos en una amplia diversidad. Somos un mundo verdaderamente multicultural.
Este término, Diversidad Cultural, actualmente ocupa un lugar preponderante en nuestra esfera social y política diaria, además que “está en el centro de los debates contemporáneos sobre identidad, cohesión social y desarrollo de una economía fundada en el conocimiento” (UNESCO, 2001). Aún así, hoy en día no existe una definición ampliamente aceptada y entendida de los vocablos “cultura” y “diversidad”, pero esto no impide, que nos acerquemos a un entendimiento de los conceptos.
DIVERSIDAD: La palabra diversidad proviene de la voz latina “divertere” que significa “desviarse” y el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua nos remite a variedad, desemejanza, diferencia, sin embargo es importante considerar que “la diversidad cultural no puede verse sólo como una diferenciación (algo que se define en relación con otra cosa). La diversidad se manifiesta en situaciones concretas y necesita ser contextualizada, pues el sentido histórico de las “diferencias” redefine su propio sentido simbólico” (Vargas, K., 2018)
CULTURA: La palabra cultura, en sus orígenes, hace referencia a la acción de cultivar o practicar algo, y la cultura se asocia con el cultivo, la agricultura y tiene un triple significado. Primero, un valor físico, como cultivo de la tierra; segundo como valor ético, cultivarse, el culto a los clásicos griegos; y, tercero, un valor religioso, dar culto a Dios. La UNESCO (2001) definió a la cultura como el conjunto de rasgos distintivos espirituales, materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social y que abarcan, además de las artes y las letras, estilos de vida, maneras de vivir juntos, sistemas de valores, tradiciones y creencias.
Una vez que hemos abordado de forma general estos vocablos, y previo a abordar el concepto de “diversidad cultural”, es importante entender el concepto de Identidad. Solo podemos hablar de diferencias culturales concretas y contextualizadas si entendemos lo que es una identidad cultural.
IDENTIDAD: La identidad cultural es el proceso mediante el cual un actor social se reconoce a sí mismo y construye un significado en virtud sobre todo de un atributo o conjunto de atributos culturales determinados, con la exclusión de una referencia más amplia a otras estructuras sociales. Nace de la toma de conciencia de la diferencia, que no significa necesariamente incapacidad para relacionarse con otras identidades (Castells, 2001).
A partir de las definiciones que hemos abordado de manera general, podemos esbozar que la diversidad cultural son los rasgos concretos y distintivos con los cuales se reconoce y significa un grupo social. Para la UNESCO (2001) la Diversidad Cultural son las diversas formas de la cultura a través del tiempo y del espacio que es fuente de intercambios, de innovación y de creatividad y que se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan a todas las sociedades humanas.
La diversidad cultural, por lo tanto, es una característica esencial de la humanidad que brinda a las personas la oportunidad de trascender sus propias formas de ser e interactuar con los demás para comprender y experimentar diferentes formas de ser. Hace que los países, los lugares de trabajo y las escuelas se conviertan en lugares más interesantes.
Epílogo.- Vivimos en un entorno empresarial complejo, contradictorio y cambiante; los líderes deben aprender a navegar y gestionar un talento culturalmente cada vez más diverso en formas de vivir, pensar, y actuar. Competencias y habilidades como adaptabilidad, integración, manejo de ambigüedades y contextos desconocidos son necesarios para que el negocio sea sostenible y exitoso a largo plazo.
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Rogelio Segovia es fundador de Human Leader, y Socio-Director de Think Talent, un aliado estratégico de las organizaciones que están centradas en el crecimiento de su talento humano.
Contacta conmigo a través de LinkedIn o escríbeme a mi correo: rogelio.segovia@thinktalent.mx
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