La adopción y el despliegue del trabajo híbrido, si no se cuidan ciertos aspectos, puede ser aún mas complejo que el trabajo remoto en la pandemia. Veamos algunos de los riesgos:
-Cultura e innovación: Probablemente este es el mayor de los riesgos. Contrario a la creencia de que el trabajo híbrido (o en su momento el remoto) fragmenta y destruye la cultura e innovación de las empresas, el verdadero riesgo está en no adaptar la cultura y sobre todo las competencias y comportamientos organizacionales al hecho de que habrá gente trabajando de forma presencial y a distancia, esta omisión es la principal causante de los otros riesgos que veremos.
-Desempeño: Aunque es un riesgo mencionado por muchos líderes, un estudio llevado a cabo por Global Workplace Analytic demostró que quienes laboran desde casa son más productivos entre un 20% y un 50% más que sus colegas en la oficina.
-Liderazgo: Esquemas de trabajo distintos, requieren liderazgos diferentes, ¡definitivo! El líder debe aprender a gestionar y desarrolla a su equipo de forma distinta. Empezando por establecer objetivos SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales); asegurar la inclusión, interacción e integración de su equipo, y evitar riesgos psicosociales, biomecánicos, y de seguridad e higiene.
-Inclusión: Estamos acostumbrados a tener mayor afinidad con aquellas personas con las que convivimos de manera cotidiana y cercana, por lo tanto debemos evitar que quienes están trabajando de manera remota terminen como empleados de segunda clase y se vean perjudicados en oportunidades, ascensos laborales y sueldos.
Por el otro lado, el no implementar este tipo de esquemas flexibles pueden mermar la productividad y marca empleadora de la organización. Entre los principales riesgos podemos encontrar:
-Pérdida de talento. Los empleados están cansados del tráfico a la oficina, las ensaladas de refrigerador y la perdida de autonomía. Cada vez será más difícil encontrar gente dispuesta a estar cinco días a la semana en una oficina. Dos tercios de las personas quieren trabajar desde casa y el 36% lo elegiría antes que un aumento de sueldo (Global Workplace Analytic).
-Satisfacción y compromiso. De acuerdo a Gartner (2021) los empleados trabajando de manera remota tienen un compromiso 2.4 veces mas alto; los índices de retención se incrementan en 2.7 veces, y los de inclusión en 3.5 veces. Un 76% de los encuestados considera que la cultura ha mejorado.
-Costos. Mantener la oficina tradicional como la conocíamos hasta el 2019 representa un gran gasto en espacio físico, mobiliario y estacionamientos, y al incrementar la rotación, dispara los costos de reclutar, capacitar y motivar a los empleados.
Si el reto actual de las organizaciones es adoptar este tipo de esquemas ¿por dónde empezar? Primero hay que diseñar una política de oficina híbrida donde se especifiquen de manera clara las nuevas reglas del juego. Segundo, reconfigurar los espacios de oficina para adaptarse a las nuevas necesidades de la empresa, promoviendo la colaboración e integración de colaboradores. Finalmente, invertir en capacitación y herramientas tecnológicas que aseguren la productividad e inclusión de los distintos esquemas de trabajo.
Epílogo.- Aunque los esquemas flexibles se ajustan mejor a las nuevas realidades de los empleados siempre debemos ser conscientes que no todo es para todos, existen particularidades y situaciones que deben estudiarse y analizarse de manera detallada y puntual en cada organización.
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Rogelio Segovia es Socio-Director de Think Talent y fundador de Human Leader.
Contacta conmigo a través de LinkedIn o en mi correo: rogelio.segovia@thinktalent.mx
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