Ir al contenido principal

¿Es lo mismo ser un líder hombre que mujer?

La respuesta intuitiva sería no, no es lo mismo el estilo de liderazgo de un hombre que el de una mujer. El liderazgo masculino se percibe, a bote pronto, auto-afirmativo, jerárquico y transaccional totalmente enfocado a resultados; mientras que el liderazgo femenino, con esta misma dinámica, podría definirse como comunitario, social, participativo y transformacional, enfocado en generar una influencia positiva en el equipo.

Si en términos generales esta pre-concepción del liderazgo femenino y masculino te parece bastante aceptable (de inicio a mi si me lo pareció), la brecha de genero sigue presente. Solemos tener ideas preconcebidas de cómo deben comportarse en general las personas en un determinado rol, no esperamos el mismo comportamiento en un deportista, en un médico, en un artista o alguien dedicado a la investigación científica. Lo mismo si nuestro jefe es hombre o es mujer, nuestros estereotipos asociados al genero nos indica que una mujer líder es mas comprensiva y empática.

Brene Brown (El poder de ser vulnerable, 2016) señala que en un inicio su investigación acerca de la vulnerabilidad y la vergüenza tuvo un sesgo importante al considerar que hombres y mujeres experimentaban la vergüenza de forma diferente, por lo que solo se enfoco en estudiar como lo experimentaban las mujeres. Cuando se dio cuenta del sesgo y brecha que había en su estudio, empezó a analizar como los hombres experimentan la vergüenza; su conclusión, aunque los mensajes y expectativas acerca de la vergüenza varían por genero, a ambos les afecta por igual. La experiencia de la vergüenza, señala Brown, es universal y totalmente humana.

En el liderazgo no debiera ser diferente. Un estudio de la Universidad de Oviedo (2011) enfocado en establecer las diferencias reales en el estilo de trabajo y tipo de liderazgo de hombres y mujeres concluyó que apenas hay diferencias significativas en el comportamiento de estos cuando dirigen equipos. Ambos son igualmente sociables, sensibles, tolerantes o innovadores. Incluso este estudio arrojó que las mujeres suelen ser más dominantes e influyentes que los hombres y que incluso estos toman decisiones con mayor cautela que el femenino.

Ambos ejemplos, el de liderazgo de la Universidad de Oviedo y el de la vergüenza de Brown, parten de donde mismo, las creencias acerca de las capacidades de hombres y mujeres. Y estas creencias, con fuertes componentes míticos, las hemos socializado y a partir de ahí moldeado nuestra realidad. 

Las mujeres, dicen nuestras creencias, manifiestan mayor dedicación al trabajo y  son más simpáticas y detallistas (Universidad de Oviedo, 2011), además que se espera que sean bellas, maternales, lideres, buenas educadoras y  tener, todo por naturaleza, una familia fabulosa (Brown, 2016).

Y sí, si existen diferencias entre el liderazgo femenino y el masculino, pero no el que imaginamos, o el que esperamos. Aunque hombres y mujeres toman decisiones, se organizan y tienen un nivel de tolerancia similar, las mujeres tienen mayores niveles de esfuerzo, dedicación y orientación a resultados que los hombres. ¿La gran diferencia? El nivel de auto-afirmación. Los hombres suelen ser mas dominantes, influyentes, seguros de si mismos, sociables y extrovertidos.

¿Por qué sucede esto? Por qué socialmente se percibe a los hombres con roles más congruentes con el rol del liderazgo lo que resulta en perjuicio de las mujeres líderes (Eagly y Karau, 2002). El punto de partida entre hombres y mujeres no es equitativo (¿Se acuerdan de mi artículo Soberbia Meritocrática?), por eso a las mujeres les es más difícil llegar a posiciones de liderazgo (techo de cristal).

Epílogo.- Estos sesgos son naturales y no deberían causarnos vergüenza, más bien nos debe causar vergüenza no conversarlos, entenderlos y modificarlos.

_______________________

Rogelio Segovia es fundador de Human Leader Contacto: rogelio@humanleader.mx

Publicado en el periódico Newsletter de Thint Talent (marzo 18, 2021) en:
https://www.thinktalent.mx/post/es-lo-mismo-ser-un-l%C3%ADder-hombre-que-mujer 


Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Por qué debemos estudiar humanidades?

Foto: Internet. ¿Qué son las humanidades? Las humanidades  pueden definirse y por lo tanto estudiarse desde una perspectiva académica; una publica como política de gobierno; o, desde una clasificación gubernamental-estadística para fines laborales. Bod, R. al preguntarse [1] ¿Qué son las humanidades?; señala que estas “son como la noción de "tiempo" en San Agustín: si no preguntas, lo sabemos, pero si preguntas, nos quedamos con las manos vacías” pero también apunta que “desde el siglo XIX, las humanidades generalmente se han definido como las disciplinas que investigan las expresiones de la mente humana”. Esta vaguedad trae a la mente la definición de Heidegger [2] del "ser" ya que “no sabemos lo que quiere decir "ser"; pero ya cuando preguntamos ¿qué es "ser", nos mantenemos en cierta comprensión del "ser"” Entonces, ¿no se puede define que son las humanidades?  La mayoría de las definiciones se centran en las ra...

Observo, luego existo.

“Abre tus ojos y tu corazón a todas las inquietudes humanas, ninguna es ajena al coaching” Julio Olalla. He iniciado un viaje; no un viaje cualquiera. Este viaje no requiere de maletas, reservaciones o pasajes de avión; es más, ni siquiera es necesario tomar el carro para llegar a algún lado. Y sin embargo este viaje es más complejo, escarpado, con pronunciadas hondonadas y trayectos estrechos que cualquier otro que recuerde; he iniciado un viaje al vientre de la ballena. Y a diferencia de Jonás que exclamó a los asustadizos marineros de la atribulada embarcación que amenazaba con naufragar: “Tomadme y echadme al mar”, en mi caso fue por voluntad propia que decidí dar el salto rumbo al vientre de la ballena; un viaje de 9 meses, con sus días y su noches.  He iniciado el trayecto del ACP-el arte del coaching profesional;  un programa de formación y certificación de coaching ontológico con Julio Olalla (newfield network) a través de un proceso de aprendizaje transform...

Vuelo privado con American Airlines

MONTERREY, N.L. Diciembre 10, 2014 (Sala de última espera del aeropuerto). —Todos los grupos pueden abordar ahora el vuelo 1272 con destino a Dallas, Texas— advirtió de forma divertida, pero protocolaria la representante de American Airlines; tomó con formalidad mi pase de abordar y pasaporte; escaneó el primero y levantó el segundo a la altura de mi rostro para cotejarlo. Terminada la rutinaria revisión me sonrió al tiempo que apuntaba —Bienvenido Señor Segovia— Recorrí de forma rápida el anden de abordaje encontrando a mi paso rostros que reflejaban una mezcla de diversión y sorpresa para llegar finalmente a la puerta del avión y confirmar que tenía un flamante, nuevo (y vacío -por cierto) Airbus 319 a mi entera disposición. Los tres sobrecargos, Cindy, Linda y Julio, me recibieron con sendas sonrisas, tomaron mi abrigo y cuando iba rumbo a mi lugar, me invitaron a tomar asiento en primera clase; un ascenso previamente autorizado por el piloto de la aeronave. Me s...