A partir del surgimiento del COVID-19 a principios del 2020 inició un confinamiento o cuarentena económica y social de carácter obligatorio que se extendió por poco más de dos meses y que ya empezó a levantarse. Inició la reactivación productiva y las empresas que habían suspendido actividades están regresando de manera paulatina a sus colaboradores operativos. Quienes trabajaron desde casa también empezarán a regresar a sus oficinas, pero de forma reducida (en una primera fase solo podrá regresar entre el 25% y el 30% de la planta laboral). En todos los casos, el regreso a las labores se hará bajo estrictas medidas de supervisión sanitaria que seguirán incluyendo medidas de distanciamiento y/o de aislamiento.
Al mismo tiempo, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos emitió una serie de recomendaciones para que los empleadores adopten ciertas medidas para crear entornos de trabajo seguros y saludables, y proteger a los empleados del riesgo de exposición al COVID-19. Muchos de estos lineamientos modificarán la forma en que las personas interactúan y conviven en la oficina; por nombrar algunos, se deberán eliminar asientos en la recepción, reconfigurar estaciones de trabajo para preservar el distanciamiento físico evitando que los empleados no se estén sentados frente a frente, y de no ser posible instalar divisiones con mamparas y/o acrílicos. Así mismo, se deben suspender servicios como café, té, bocadillos y máquinas dispensadoras, solicitando a los colaboradores que traiga sus propios alimentos y bebidas. También se deberán evitar reuniones presenciales y utilizar el teléfono o herramientas de videoconferencia, solamente en caso indispensable, las reuniones presenciales deberán ser de no más de 10 personas y respetando el distanciamiento indicado.
Todos los empleados que laboren de forma presencial deberán sujetarse a estos lineamientos. Los empleados cuyas funciones lo permitan, seguirán laborando desde sus casas o de forma remota.
¿Qué significa todo esto desde una perspectiva organizacional? Que la cultura organizacional, como la conocemos, cambiará para adaptarse a un mundo que todavía no existe. Los rituales, juegos, emociones y conversaciones que se generan a partir de la interacción de los empleados se minimizarán, y gran parte de las conversaciones se volverán distantes e impersonales por el uso de medios tecnológicos: Llegó el momento de dedicar un réquiem a la cultura organizacional como la conocemos.
Epilogo.- Ante todo esto, ¿qué cultura podría ser la que prevalezca? Probablemente una cultura fragmentada (Goffe & Jones, 2001) con bajos niveles de sociabilidad (menor amigabilidad entre los miembros de la comunidad) y solidaridad (poco apoyo a intereses ajenos). La cultura fragmentada es un tipo de cultura donde existe alto respeto por las ideas. Se le da más importancia a estas que a los individuos y se favorece el trabajo individual y remoto; en este tipo de cultura se trabaja por logros y objetivos. La pertenencia es profesional más que organizacional y las vidas privadas de los colaboradores son con frecuencia un misterio.
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