"Todo lo que afecta a uno directamente, nos afecta a todos indirectamente"
—Martin Luther King—
¿Qué es el techo de cristal? El techo de cristal es básicamente el revestimiento, creados de manera
principal a partir del constructo social masculino, que almacena nuestros
sesgos y juicios respecto al desarrollo de las mujeres en ámbitos
profesionales. Este es un concepto que nace en la década de los años 1970 y es
una expresión que simboliza las barreras invisibles que impiden a las mujeres
llegar, en el mundo profesional, a posiciones de alta gerencia o de liderazgo
político; esta es una barrera tan sutil y transparente, pero tan fuerte que
impide a las mujeres ascender en la jerarquía organizacional (Morrison
& Von Glinow, 1990). En 2020 esta barrera solida de juicios y constructos sociales, se mantiene a pesar
de décadas de avance en desarrollo social e igualdad de género.
Las barreras
del techo de cristal son categorizadas en naturales y artificiales. Las
artificiales son de carácter personal, social y organizacional, mientras que
las naturales son las relacionadas con educación y con interrupciones
profesionales (matrimonio, maternidad, etc.) que tienen un impacto
significativo en el crecimiento profesional de las mujeres (Sharma, S., y
Kaur, R., 2019). El techo de cristal en las organizaciones (barrera
artificial), un fenómeno universal, se refleja principalmente en términos salariales
y en puestos laborales de nivel ejecutivo. Cuando la mujer es comparada con el
hombre, generalmente tiene roles de menor responsabilidad, e inclusive de menor
salario en roles similares.
¿Cuándo empezó a hacerse visible este techo?
Este concepto, aunque data de inicios de los años 1970, empieza a tomar una
real relevancia a inicios de los años noventa cuando la desigualdad entre
hombres y mujeres en puestos de alta dirección se convierte en motivo de
preocupación social, y solo hasta entonces, se empieza a estudiar el problema
de manera formal y a intentar plantear e implementar soluciones reales en las
organizaciones. ¿Se ha hecho lo
suficiente? Definitivamente no, de acuerdo al ultimo reporte de las 500
compañías mas importantes de la revista Fortune (2019) apenas el 6.6% de las
empresas que aparecen en este listado tienen una CEO mujer; en México, de
acuerdo a Bárbara Anderson (Milenio, marzo 2020), tan solo el 8% de las
empresas tienen una mujer en la silla de la dirección general, no obstante, si
seleccionamos a las 15 empresas más apreciadas por los inversionistas en
México (Forbes, mayo 2017) en razón de su VE/EBITDA (valor de la empresa sobre flujo operativo), precio
utilidad y precio valor en libros, no hay ninguna mujer al frente de esas
compañías (si revisamos esas mismas 15 compañías, al día de hoy ninguna tiene
una CEO mujer).
¿Qué se debe hacer para seguir rompiendo el techo
de cristal? El techo de cristal refleja nuestros
sesgos e inoperancia para encontrar soluciones eficientes como sociedad, el
tema es complejo y profundo, pero en la medida que elaboremos soluciones
sencillas, eficientes y medibles, empezaremos a romper estos techos, definitivamente
imaginarios, pero irónicamente reales. Te
comparto mi 1-2-3 para romper el techo
de cristal.
- Balance vida-trabajo. Aunque el balance vida trabajo es un elemento sumamente valorado por hombres y mujeres, en las mujeres se vuelve una necesidad. De acuerdo con Sabina Bautista, en entrevista para el podcast HUMAN LEADER, un hombre al momento de decidir entre una mejor posición laboral o contar con mas tiempo para su familia, generalmente optará por el trabajo, para beneficio de su familia; una mujer generalmente elegirá a su familia. La manera de romper esta inercia, apuntó Sabina, es contar con esquemas flexibles de trabajo y redes de apoyo que faciliten a las mujeres optar por su carrera personal sin “sentir la culpa” de que están descuidando a su familia.
- Entrenamiento, comités, y políticas de diversidad e inclusión. La sensibilización y entrenamiento a toda la organización debe ser constante. No basta con la simple declaración de diversidad e inclusión que haga la organización o la alta dirección, se necesita habilitamiento formal de manera continua. La existencia de un comité de equidad de género que impulse, apoye y escuche a sus colaboradores; así como la elaboración, implementación y seguimiento de planes de bienestar físicos (espacios y oportunidad de ejercicio físico, consultorio médico), emocionales (mindfulness, espacios de reflexión y creatividad, confianza, y soporte psicológico) y económicos (planes de ahorro, reconocimiento, igualdad salarial) ¿Cómo saber cuándo se esta fallando? Es sencillo (incluso cuando evitemos voltear a ver las fallas), esto se refleja en la disparidad o brecha existente entre la política de ascenso y las oportunidades existentes para las mujeres en su entorno laboral.
- Consejo de administración. Según comentamos previamente, solo el 6.6% de las empresas Fortune 500 en EUA y el 8% en México tienen CEOs mujeres. ¿Qué tienen en común estas empresas que cuentan con mujeres como directoras generales?, que hay mujeres en sus consejos de administración. De acuerdo con Christy Glass, investigadora en desigualdad de género en el trabajo y profesora de la Universidad de Utah, está demostrado que cuando los consejos de administración están integrados de manera equitativa con mujeres y hombres, es mucho más probable que mujeres sean nombradas CEO.
Nancy Fraser, profesora de filosofía en
The New School en Nueva York, en su texto El feminismo, el capitalismo y la
astucia de la historia, crítica el hecho de que las instituciones van por
detrás de la cultura en términos de equidad de género, lo cual, menciona
Fraser, se solucionará cuando logremos hacer que las primeras se pongan a la
altura de la segunda para hacer realidad las esperanzas feministas; ya que
aunque el feminismo ha provocado una gigantesca revolución cultural, el enorme
cambio en las mentalités (todavía) no se ha traducido en un cambio estructural
e institucional.
Finalmente, y de acuerdo al informe
Global de Brecha de Género de 2018 realizado por el Foro Económico Mundial, la
brecha de género en los países analizados (incluido México) se cerrará en ¡108
años!... ¿queremos esperar tanto?, ya no se trata de preguntarnos ¿qué más
podemos hacer?, sino, ¿Qué mas tenemos
que hacer?
Epílogo.- Hoy, 9 de marzo de 2020, se lleva a cabo en México el paro
#UnDíaSinNosotras un movimiento que nació a partir de la convocatoria del
colectivo feminista Brujas del Mar del Veracruz. La iniciativa busca, a través
de un paro nacional de mujeres, concientizar acerca de la violencia y
discriminación que en nuestro país sufren las mujeres así como generar espacios
de reflexión y concientización en este importante tema. En un país donde las
mujeres, por el solo hecho de ser mujeres, sufren violencia cotidiana que los
hombres no enfrentamos, ya sea en calles, hogar, trabajo y escuelas, no podemos (yo no puedo) ser indiferentes y
no podemos (yo no puedo) dejar de apoyar estas iniciativas. La violencia
hacia las mujeres nos afecta a todos, y todos podemos, desde nuestro contexto,
ayudar a cambiar esta situación. Por eso en HUMAN LEADER decidimos dar espacios
a historias de mujeres líderes que con su esfuerzo, conciencia y pasión están construyendo
un mejor presente y dejando un futuro mejor para más mujeres, líderes y su
alrededor. Nos impulsa el liderazgo humano, el hacer un bien y que mejor que
compartiendo la historia y opinión de estas grandes mujeres. ¿Quieres
escucharlas? Búscanos en Spotify como HUMAN LEADER y comparte el segmento.
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rogelio@humanleader.mx
Rogelio Segovia es VP de RH LatAm, fundador de HUMAN LEADER y
miembro del Consejo de Equidad en Salud, Diversidad e Inclusión de CHRISTUS
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