En 2018, la palabra tóxico fue considerada la palabra del año del diccionario Oxford, quien decidió darle esta distinción por su alcance y capacidad descriptiva para múltiples temas, utilizándose en una variedad de contextos, tanto en sus sentidos literales como metafóricos. En los EUA, de acuerdo al propio diccionario, el contexto en el que mas se utilizó la palabra tóxico fue para referirse a ambientes de trabajo dañinos.
Esta palabra tiene una connotación similar a la contaminación ambiental (Pfeffer, 2010) pero desde una perspectiva de contaminación social, en donde su impacto negativo afecta el bienestar psicológico y físico de una persona de forma destructiva. La contaminación social determina la aparición de toxicidad organizacional que afecta negativamente la productividad laboral y el bienestar socio-psicológico de los empleados. Incluso en México a finales del 2019 se promulgó la NOM-035 para mitigar los efectos que los ambientes tóxicos tienen en los colaboradores de cualquier empresa.
Pero…¿Cómo identificar trabajos tóxicos?; o mejor dicho, ¿cómo identificar empleados y líderes tóxicos? La toxicidad se considera como un patrón de comportamiento contraproducente combinado, que incluye no solo el liderazgo tóxico, sino también cinco comportamientos específicos: vergüenza, hostilidad pasiva, sabotaje en equipo, negatividad por indiferencia y explotación (Williams, 2017). Es decir, en general podemos considerar que estamos en un trabajo tóxico cuando existan acciones de la empresa que afecten negativamente el bienestar físico y psicosocial de los empleados. Sin embargo, es (muy) importante notar que los trabajos no se vuelven tóxicos de súbito, no es como si un día llegásemos a nuestro trabajo solo para descubrir que una nube de toxicidad ha invadido la oficina. Este es un proceso que se desarrolla lentamente, con el paso del tiempo y generalmente para sorpresa de los responsables, quienes se dan cuenta hasta que ya es demasiado tarde.
¿Cuáles son los primeros síntomas de un ambiente que se empieza a volver tóxico? Es algo muy sutil, apenas perceptible; primero empieza a disminuir la satisfacción de los empleados, lo que va acompañado de un repunte en las ausencias injustificadas y al poco tiempo se presenta un incremento en la rotación, conflictos, chismes, pero sobre todo (y mas peligroso) aislamiento o destierro voluntario de los empleados de las actividades de la organización.
No existe una solución mágica para limpiar ambientes tóxicos. No se trata de abrir las ventanas para orear la oficina y poner un poco de desinfectante. Se trata más bien de prevenir; de identificar de inmediato pequeños cambios en el ambiente de trabajo (lo que es mejor cuando se hace de manera cuantitativa a través, por ejemplo, de encuestas de satisfacción y compromiso laboral); de no tolerar acciones perniciosas, pero sobre todo, de evitar a toda costa encubrir los primeros síntomas de problemas con un “ya se arreglará solo”, por que definitivamente no solo no se arreglará, sino qué empeorará.
Epílogo.- Una de las mejores herramientas para combatir la toxicidad de los empleados es a través de los procesos de coaching como contramedida de la apatía profesional, agotamiento, y aversión al trabajo.
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