Te comparto mi colaboración, “De la maquina de vapor a la convergencia digital, para la revista de ERIAC Capital Humano.
El termino Industria 4.0, utilizado por primera vez en el salón de tecnología industrial de la Feria de Hannover en 2011, hace referencia a la cuarta revolución industrial encaminada a la convergencia del mundo virtual y del físico con la consecuente integración de información y personas.
Vivimos en un mundo sensórico donde todo nos lanza pitidos —desde el reloj hasta la lavadora pasando por los automóviles y computadoras— que se convierten en datos almacenados en todas partes, principalmente en la nube. De estos datos, a través de la inteligencia artificial, somos capaces de extraer información —de forma mas eficiente que el cerebro humano— para convertirlo en toma de decisiones. Lo vivimos al hacer ejercicio, al conducir, al dormir, al divertirnos…y en el trabajo, con la consecuente vulnerabilidad que esto genera en nuestros Colaboradores a partir de dos grandes dimensiones: La robotización de puestos de trabajo, y el impacto que los cambios de hábitos digitales pueden tener el servicio otorgado a nuestros clientes.
La revolución digital 4.0 es convergencia, es big data, es inteligencia artificial y es internet de las cosas; sin embargo, ¿esta revolución también puede ser empatía, compasión, creatividad, y amor?; ¿cómo impacta esta revolución digital en nuestros Colaboradores? El reto que tenemos las organizaciones básicamente son dos: desarrollar competencias digitales a todos los niveles de contribución; y, aún más importante, tener siempre presente que antes que procesos y tecnología, somos las personas quienes alimentamos la información, operamos la tecnología, y tomamos las decisiones finales sobre la información que la inteligencia artificial nos arroja; al hablar de personas, hablamos de Colaboradores —nosotros— y nuestras familias.
Hace cinco años CHRISTUS MUGUERZA —un sistema de salud católico con 6,000 Colaboradores que opera en México 11 hospitales, centros de atención médica, ambulancias, clínicas comunitarias, escuelas de enfermería y una casa cuna— se propuso convertirse en el primer sistema de salud privado 100% digital en México. El reto de esta transformación digital fue mantener un servicio dentro de un ambiente humano, personal y compasivo; y aunque la iniciativa no estuvo exenta de momentos de frustración, confusión y enojo, la compañía logró transformar el primero de sus hospitales a través del cuidado de las emociones y desarrollo de sus Colaboradores.
El cambio, como dice aquel viaje adagio, no es sencillo. Las revoluciones —y más las digitales— lo son aun menos. Este cambio tecnológico será sostenible y sustentable en la medida que las empresas logren un impacto social con propósito, oportunidades de desarrollo, bienestar e igualdad para sus Colaboradores, lo cual se reflejará necesariamente en el desempeño de la compañía y en la generación de valor a los accionistas. Al final no se trata de trabajadores 4.0, se trata de Colaboradores dispuestos a descubrir, a abrir nuevas vías, a innovar y relacionarse con los clientes de la compañía desde la sensibilidad, compasión, motivación y alegría, teniendo como soporte la tecnología e información.
Original: https://issuu.com/eriac/docs/eriac90-magazine/44
_____________
Rogelio Segovia, socio de ERIAC Capital Humano, es Vicepresidente de Recursos Humanos para Latinoamérica de CHRISTUS Health. Abogado; Master en Derecho Corporativo; Master en Administración de Empresas; Coach Ontológico y Doctorando en Filosofía y Cultura.
Comentarios
Publicar un comentario