Por motivos de trabajo estoy fuera de México y como tenía ganas de tomar un poco de vino me dirigí al Target más cercano a mi hotel.
Mi selección partía básicamente de una única premisa, como estoy fuera de casa y no tengo conmigo un sacacorchos, el vino tenía que que ser de rosca.
Hace poco estuve en un pequeño viñedo de Parras de la Fuente en Coahuila (estado ubicado en el noreste de Mexico donde se encuentra la vitivinícola más antigua del continente americano). Platicando con la persona que nos guió en la visita a sus instalaciones, me explicó que en términos generales el vino se conserva bastante bien con tapa rosca, pero que mucha gente piensa que el vino que no tiene corcho, es un vino de baja o mala calidad. Incluso —comentó— se conservan mejor los vinos con corcho sintético que los vinos con corcho natural (de alcornoque) pero como el producto que ellos manejan es de alta calidad, prefieren utilizar corcho natural para evitar la connotación de “vino barato”
Probablemente en México —mi opinión— aún relacionamos el vino que tiene rosca con producto de mala calidad debido al “Padre Kino” de Pedro Domecq (que nota al margen de este post, ese fue el primer vino que probé siendo aún muy joven y no me precio de mala calidad...cosas de la inexperiencia, de la juventud, o quizá no era tan malo realmente)
Más allá de todo lo anterior, quería —quiero— compartirles el vino que compré, un Shiraz 2017 de Australia de marca “Layer Cake”, una verdadera joyita... capa sobre capa del pastel.
Un producto fantástico. Hoy en día podemos tener casi cualquier alimento en nuestra casa con tan solo un clic. Es sencillo conseguir desde vinos estupendos hasta conservar de un sabor increíble.
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