Ir al contenido principal

Un día (muy) bonito.

Cuando eres observador, todo el mundo es tu maestro
Sofy, mi hija de seis años, me dijo al salir de casa rumbo al colegio—Papi, que bonito día, ¿ya lo viste?; mira las nubes y el sol en la montaña—

Apagué la radio, bajé la velocidad del carro y levanté la vista hacia la montaña. Estos últimos días las mañanas han sido frías y despejadas Me percaté que la aguanieve de la semana pasada eliminó el color verde grisáceo del lado norte del cerro de las mitras y lo cambió por un verde helecho intenso que hace contrastar la vegetación con las veredas de desecho de piedra que se fueron formando hace poco más de cien años por la extracción de plomo, plata y fierro de la mina “La Voladora y Anexas”.

Le pedí a mis hijas que viéramos con más atención el cerro, que observáramos con atención los detalles de la montaña; y vimos el sol al “pegar” sobre la cresta o peñascos del cerro, contrastado con lo verde de las laderas, hacía que la roca pareciese nieve; al girar el volante hacia el oriente, vimos montones de nubes desperdigadas sin orden alguno sobre el centro de la ciudad, mostrando una gama de diversas tonalidades de azules y anaranjados sobre el cielo...en fin.

Es un trayecto corto, de menos de 7 minutos, pero fue diferente. Cuando mis hijas se bajan del carro nos despedimos de beso. Esta vez Sofy, además del beso, me abrazó y dijo; —Te quiero mucho Papi—

Ese fue mi observador de hoy por la mañana y mi hija, mi maestra.

*Artículo escrito para www.coachingLab.mx

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vuelo privado con American Airlines

MONTERREY, N.L. Diciembre 10, 2014 (Sala de última espera del aeropuerto). —Todos los grupos pueden abordar ahora el vuelo 1272 con destino a Dallas, Texas— advirtió de forma divertida, pero protocolaria la representante de American Airlines; tomó con formalidad mi pase de abordar y pasaporte; escaneó el primero y levantó el segundo a la altura de mi rostro para cotejarlo. Terminada la rutinaria revisión me sonrió al tiempo que apuntaba —Bienvenido Señor Segovia— Recorrí de forma rápida el anden de abordaje encontrando a mi paso rostros que reflejaban una mezcla de diversión y sorpresa para llegar finalmente a la puerta del avión y confirmar que tenía un flamante, nuevo (y vacío -por cierto) Airbus 319 a mi entera disposición. Los tres sobrecargos, Cindy, Linda y Julio, me recibieron con sendas sonrisas, tomaron mi abrigo y cuando iba rumbo a mi lugar, me invitaron a tomar asiento en primera clase; un ascenso previamente autorizado por el piloto de la aeronave. Me s

Observo, luego existo.

“Abre tus ojos y tu corazón a todas las inquietudes humanas, ninguna es ajena al coaching” Julio Olalla. He iniciado un viaje; no un viaje cualquiera. Este viaje no requiere de maletas, reservaciones o pasajes de avión; es más, ni siquiera es necesario tomar el carro para llegar a algún lado. Y sin embargo este viaje es más complejo, escarpado, con pronunciadas hondonadas y trayectos estrechos que cualquier otro que recuerde; he iniciado un viaje al vientre de la ballena. Y a diferencia de Jonás que exclamó a los asustadizos marineros de la atribulada embarcación que amenazaba con naufragar: “Tomadme y echadme al mar”, en mi caso fue por voluntad propia que decidí dar el salto rumbo al vientre de la ballena; un viaje de 9 meses, con sus días y su noches.  He iniciado el trayecto del ACP-el arte del coaching profesional;  un programa de formación y certificación de coaching ontológico con Julio Olalla (newfield network) a través de un proceso de aprendizaje transformacional p

Calavera a Rogelio (2018)

Tres vueltas se dio la muerte, a las nuevas oficinas Buscaba a Rogelio Segovia, para llevarlo a las ruinas Pero nunca lo encontraba, pues no buscó en la cocina A hornear pan se dedicaba, y no sospechó la catrina. Cuan por fin lo encontró,  la flaca alegre bailaba Rogelio siempre pensó, que a la calaca se le escapaba Pero esta vez le falló, o ¿no hizo bien la tirada? Su agenda la revisó, no está citada la condenada. Vengo a llevarte a la tumba, la huesuda le contaba Rogelio recurrió al viejo truco, se le ocurrió de volada Corramos el maratón, que será en Ensenada Si me ganas voy contigo, y ¡¡que gana la fregada!!. En su tumba nadie llora, ni su equipo de gerentes Puede ser que nadie sepa, que el tipo era  buena gente Aun que a veces se portaba, solo un poquito renuente Sobre todo en las juntas, donde El era el ponente. __________________ Epílogo.-   ¿Qué es una calavera? Las calaveras literarias son palabras populares en forma de rimas escritas de man