Con afecto para Karina, Jesus, Karla, Janeth, Cesar, Irina, Martha, Gabriela, Valeria, y, Luz.
Queridos Coloquianos:
Quiero compartirles que el sábado
pasado terminé mi proceso de certificación como Coach Ontológico, proceso del
cual ustedes fueron parte fundamental. Este camino fue quizá uno de los más
complicados que he transitado en mi vida académica y personal.
Fue un viaje al cual entré con una
visión y con una expectativa, y salí con otra. Es como querer trabajar de
jardinero en plena canícula regiomontana, vestido de pantalón de cachemira,
camisa lisa blanca y blazer de punto, ya se imaginarán el desenlace… la camisa
arremangada terminó de un extraño color grisáceo, llena de manchas de
sudor y el cuello ennegrecido, con pantalón desgarrado de las rodillas y los
bolsillos desgastados, y el saco yaciendo en el olvido sobre un montón de ramas
y hojas.
Pero aun así sobreviví, el cabello
con plastas de lodo, mugre debajo de las uñas y un olor mezcla de sudor y
hierba de los mil demonios. Y ustedes fueron parte fundamental de esto. Me
ayudaron a vencer mis primeros temores, me acompañaron en un sendero que no
conocía, y fueron artífices del rompimiento de mi vieja coherencia.
Estoy en profunda deuda de gratitud
con todos y cada uno de ustedes.
Con cariño.
Rogelio.
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