“Vamos a entender al observador como alguien que ve el mundo de una determinada manera. Si yo hablo con alguna persona de esta sala, les aseguro que esa persona no ve el mundo como lo veo yo. Y no estoy diciendo que uno lo ve mejor y el otro peor, sólo he dicho que no lo vemos igual.”
Julio Olalla.
Como aprendiz de coach ontológico que soy, he venido desarrollando
y explorando las distinciones, que como individuos, tenemos del cuerpo, lenguaje y emociones. También he podido darme cuenta del legítimo observador
que cada uno somos de nuestro mundo; la forma en que interpretamos nuestra realidad de
acuerdo a los caminos que hemos andado: en nuestro espacio, en nuestro tiempo.
Hace unos días publiqué en una de mis redes
sociales una nota de primera página de la versión impresa del The
New York Times (Boy Scouts
Will Accept Girls, in Bid to ‘Shape the Next Generation of Leaders) en la
cual se menciona que los boy scouts empezarán a aceptar mujeres en sus tropas.
La publicación la acompañé del siguiente pie:
"Podría parecer algo menor, pero no lo es. Vivir en una cultura de
inclusión y diversidad (en este caso específico de genero) requiere modificar
el ambiente en el que crecemos y nos desarrollamos con el fin de transformar
costumbres y creencias y con esto nuestra forma de pensar, sentir y
actuar."
Y uno de mis contactos (mujer) estuvo
totalmente en desacuerdo con mi publicación, a lo cual señaló en un comentario: “¡Esto pone a mi corazón
muy triste! No se trata de excluir a las niñas, sino de mantener vivas las
tradiciones. Me encanta ver a mi hijo interactuar con su padre y las cosas
especiales que hacen como chicos. Hay muchas organizaciones en las que hay
mujeres y en las cuales niños y niñas pueden convivir juntos. Esto para mí no
es acerca de la inclusión, sino del respeto”
Más allá de la validez o no de mi argumento o
del de ella (personalmente, creo que ambos son validos), son extraordinarios los contrastes de nuestros mundos
interpretativos y nuestros discursos históricos.
Epílogo.-
Vivimos en tantos mundos como personas lo habitamos.
Imagen: "Mundo Quino" de 1963. Tomada de Internet.
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