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Bitácora de un aprendiz de coach.


“El Coaching Ontológico es un campo del saber que busca acompañar procesos transformacionales en otros desde una coherencia ontológica (cuerpo, emoción y lenguaje). El Coaching Ontológico surge como un intento de hacernos cargo de las paradojas que actualmente la vida nos ofrece (tecnología ilimitada, estrés laboral, pulsión consumista, desconfianza con el entorno, resignación frente al futuro, entre otros).”
Newfield Network.

Este viaje que inició en febrero pasado lleva ya casi 6 meses. Como lo reseñé en “Observo, luego existo” este trayecto no requiere de maletas, reservaciones o pasajes de avión; es más, ni siquiera es necesario tomar el carro para llegar a algún lado. Es como el de Jonás, un viaje al vientre de la ballena. Un viaje de 9 meses, con sus días y sus noches

Y después de todo este tiempo, apenas he iniciado mis prácticas de coaching. Este periodo fue como el “wax on, wax off” de Karate Kid y al igual que el personaje de la película,  hasta ahora que empiezo con este proceso de prácticas, es que entiendo a cabalidad la utilidad de lo aprendido.

Las prácticas no han sido fáciles, desde luego, pero han sido sumamente enriquecedoras. En mi primera sesión no supervisada llegué con ansiedad, miedo y un pequeño dolor en la boca del estómago. La responsabilidad de una persona (toda una persona, completita) en mis manos.

Lo que me llamó la atención después de varias prácticas, es que en todas las sesiones llegué con una sensación similar. Una emoción que me recordó la experiencia vivida en los maratones en que he corrido. No importa cuánto me haya preparado, ni cuanta experiencia tenga, estoy seguro que siempre seguiré sintiendo esa emoción —al igual que en los maratones— al estar frente a un coachee.

Pero ¿de qué me di cuenta? Que lo quiero y lo disfruto. No quiero perder esa inocencia, esa paz, ni esa ternura de poder servir al ser que esta frente a mí y que me está confiando algún aspecto de su vida, de su dolor, de sus miedos o sus sueños.

Epílogo.- Así que, bienvenidas mis emociones, bienvenida esa ansiedad, ese miedo y ese pequeño dolor en la boca del estómago.

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