"Todo fue hecho a través de la palabra"
San Juan
Nuestra comunicación humana tiene dos facetas, hablar y escuchar. Generalmente nos enfocamos en hablar, nos enfocamos en ser (o pretender ser) escuchados; incluso, en las organizaciones se tiende a resaltar el arte de influir a través de una comunicación asertiva; o como tener Comunicaciones efectivas.
En el ámbito empresarial y educativo la comunicación con eficacia tiende a ser una de las principales competencias organizacionales, pero, ¿Por qué no trabajamos la competencia del arte de escuchar? Resaltamos el no me doy a escuchar y el nunca me escuchan pero olvidamos que es cuando nosotros escuchamos cuando le damos sentido y estructura a nuestro hablar ya que "la escucha valida el habla" Y así terminamos con el consabido, yo lo dije, problema del otro si no entendió, olvidando que "valor es lo que se necesita para pararse a hablar; pero también lo que se requiere para sentarse y escuchar" (Winston Churchil).
En el ámbito empresarial y educativo la comunicación con eficacia tiende a ser una de las principales competencias organizacionales, pero, ¿Por qué no trabajamos la competencia del arte de escuchar? Resaltamos el no me doy a escuchar y el nunca me escuchan pero olvidamos que es cuando nosotros escuchamos cuando le damos sentido y estructura a nuestro hablar ya que "la escucha valida el habla" Y así terminamos con el consabido, yo lo dije, problema del otro si no entendió, olvidando que "valor es lo que se necesita para pararse a hablar; pero también lo que se requiere para sentarse y escuchar" (Winston Churchil).
Por lo cual si queremos tener comunicaciones efectivas, debemos aprender a escuchar desde quien somos, porque “escuchar es oír más interpretar”, escuchamos e interpretamos no solo palabra, también silencios y lenguajes corporal. Al interpretar, examinamos las acciones involucradas en el hablar (afirmaciones, declaraciones, peticiones, ofertas y promesas).
“El lenguaje no es solo un instrumento que describe la realidad, el lenguaje es acción. Cuando hablamos actuamos, y cuando actuamos cambiamos la realidad, generamos una nueva”
Escuchamos en tres niveles:
1) Actos locucionarios: Decir lo que decimos, “estaré ocupado mañana”
2) Actos ilocucionarios: Comprender lo que decimos, aquí opera los actos del lenguaje: afirmaciones, declaraciones, peticiones, ofertas y promesas
3) Actos perlocucionarios: las acciones que tienen lugar por lo que se dijo y que puede asombrar, convencer, fastidiar, etc.
“Decimos lo que decimos y escuchamos lo que escuchamos”
Para comunicarnos de forma eficiente, debemos aprender a escuchar, y para escuchar debemos saber que sucede en el mundo del emisor, no solo en sus palabra, también en sus emociones, su corporalidad, su historia.
¿Cómo podemos desarrollar la competencia del escuchar?; ¿Qué sentido le damos a lo que escuchamos? Todos somos diferentes observadores del mundo, y es de ese observador, que le doy sentido a lo que escucho.
Con la siguiente imagen, podemos entender de una forma más clara el arte de escuchar.
Epílogo.- "Gracias por escucharme"
N. del A. Este articulo lo elaboré basado en las lecturas "El Poder de Escuchar" de Julio Olalla y del libro "Ontologia del Lenguaje" (Capitulos 5 y 6) de Rafael Echeverría
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